Alcalá subasta dos bocetos de Goya
Entre el verano y el otoño de 1798, Francisco de Goya se entregó a la decoración de los frescos de la ermita de San Antonio de la Florida, en Madrid. El encargo era especialmente importante para él: el pintor tenía 52 años y hacía casi 20 que no acometía una obra de similares características, desde que pintara los frescos de la Basílica del Pilar. De aquel encargo real se conservan dos bocetos, El milagro de San Antonio de Padua y La Gloria, que Alcalá subastará en su sede madrileña de la calle Velázquez el próximo 6 de octubre.
Son dos piezas conocidas, cuyos actuales propietarios, los condes de Villagonzalo, prestaron para las exposiciones Goya en las colecciones madrileñas y Goya. El capricho y la invención, organizadas en el Museo del Prado en 1983 y 1993, respectivamente.
Richard de Willermin, jefe del Departamento de Pintura de Alcalá Subastas, destacó la importancia simbólica de estas obras. 'Es sorprendente que no haya más bocetos de los frescos de San Antonio de la Florida', aseguró. La casa de subastas ha establecido un precio de 4,2 millones de euros para la pareja de cuadros, que han sido declarados Bienes de Interés Cultural (BIC) y, por tanto, no son exportables. En el último año y medio, Alcalá ha subastado los lienzos de Goya La Sagrada Familia y Tobías y el ángel, adquiridos para el Prado, y las cartas de Goya a Martín Zapater, también adquiridas por el Estado.
Junto a los bocetos de Goya, Alcalá subastará un arcón de nogal taraceado de maderas finas que perteneció a Juana La Loca.
La investigación llevada a cabo por la casa de subastas sitúa la procedencia del mueble en la Capilla Real de Granada, panteón de los Reyes Católicos, la reina Doña Juana y su esposo Felipe el Hermoso. A partir del siglo XIX, la capilla fue perdiendo parte de sus bienes, bien por venta o por expolio. Esa es, al menos, la idea que ha llegado hasta sus actuales propietarios, la familia Contreras de Granada, donde ha permanecido el baúl en los últimos 140 años.
El arcón, en cuya tapa hay grabada una inicial F gótica y una Y gótica y en cuyo frente hay dos castillos flanqueando un blasón -idénticos a los que aparecen en los maravedíes de 1500- es un mueble que pudo haber sido encargado por el emperador Maximiliano I, padre de Felipe, en Milán o Florencia. Según Gonzalo Mora, consejero delegado de Alcalá Subastas, 'nunca ha salido a la venta un mueble como éste en España' y recordó los 1,2 millones de euros pagados en 2002 por el Estado en Sotheby's por un mueble de Felipe V. El precio de salida del arcón se ha fijado entre 400.000 y 500.000 euros.