Europa comienza la búsqueda de su imagen corporativa
La Europa unificada del siglo XXI busca su imagen, que muchos perciben todavía deslavazada e incoherente. La desorientación provoca a veces boutades como las de la Comisión Europea, que el pasado mes cantó victoria para la UE en el medallero olímpico como si los deportistas de los 25 países comunitarias hubieran integrado una sola selección en Atenas (con ese criterio, más medallas aún habría ganado la OTAN). Pero la falta de identidad definida también anima a preguntar y preguntarse cuál es la imagen que el Viejo Continente, y su organización política dominante, la UE, proyectan sobre sus propios ciudadanos y sobre el resto de mortales del planeta.
Para demostrar 'el trabajo que falta por hacer y el enorme potencial inexplorado de la imagen de Europa', políticos, pensadores y expertos en creación de marcas se dan cita hoy en Bruselas en un simposio dirigido por el arquitecto holandés Rem Koolhaas y el instituto de estudios británico Foreign Policy Centre. El premio Pritzker de arquitectura de 2000 ha instalado además una carpa multicolor de un solo mástil en el centro neurálgico del barrio europeo de Bruselas, bajo la cual un mural panorámico de 80 metros repasa la evolución de la imagen de Europa en las últimas cinco décadas y se permite especular sobre su tendencia futura.
A la inauguración de la exposición asistirá hoy el presidente de la Comisión, Romano Prodi, y los ministros holandeses de Asuntos Exteriores, Bernard Bot, y de Asuntos Europeos, Atzo Nicolaï, en representación de la presidencia semestral de la UE. El acto sirve de remate a cuatro años de trabajos sobre la capitalidad y la identidad de la UE, pero también de lanzamiento de una nueva estrategia de comunicación para Europa. El Consejo de Ministros de Asuntos Exteriores de la UE del próximo 5 de octubre en Amsterdam dará continuidad a esta labor.
'Tanto la exposición abierta al público hasta el 28 de noviembre como el simposio intentan estimular el debate público sobre la imagen de Europa', señala la Comisión. El encuentro de hoy intentará confrontar la mirada introspectiva de los europeos con la perspectiva de los observadores foráneos. Y la exposición muestra la representación de Europa a través de palabras y símbolos.
Una semiótica bastante pobre, según ha advertido Koolhaas en sus anteriores contribuciones a los trabajos de la Comisión sobre la imagen pública de la UE. 'Hay muchos ejemplos de la riqueza y diversidad de Europa, pero la comunicación de esa riqueza deja mucho que desear', destacó el arquitecto en los encuentros anteriores sobre la capitalidad comunitaria. El holandés sugirió entonces descoyuntar las estáticas estrellas de la bandera europea actual o añadir a la vexilología comunitaria un código de barras formado por todos los colores de las enseñas nacionales de la UE. Juego cromático con el que, por cierto, ha decorado la carpa de la exposición que ve en la imagen y se inaugura hoy en Bruselas.
Los sondeos de la Comisión indican que una mayoría de los europeos identifican la unión política de su continente con ventajas concretas, como la movilidad sin fronteras (35%) o la posibilidad de un futuro mejor (34%), y sólo un 8% se abstrae hasta el punto de considerar la integración del Continente como un sueño y una utopía. En todo caso, la construcción de Europa avanza sin referencias ni hitos habituales en otras empresas colectivas.
Aunque el fondo azul y las 12 estrellas amarillas ondean desde Cádiz hasta Tallin, muchos de los expertos que se reúnen hoy en Bruselas lamentan el 'déficit iconográfico de Europa'. Hasta ahora, Europa ni siquiera tenía un 'rostro'. El nombramiento a partir de 2005 de Mr. Euro (Jean-Claude Juncker) como representante político de la moneda única, y más adelante de un presidente permanente del Consejo Europeo (por designar) y del primer ministro europeo de Asuntos Exteriores (Javier Solana), llenarán al menos ese vacío. Para los símbolos, habrá que esperar.