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Legislación

La UE recortará el poder de los reguladores nacionales para vetar fusiones

La CE adelantará mañana a los ministros de Economía de la UE su intención de limitar estrictamente las posibilidades de que las autoridades nacionales puedan vetar fusiones bancarias transfronterizas.

El comisario europeo de Mercado Interior, Frits Bolkestein, aprovechará su última comparecencia en un consejo de ministros de Economía para presentar una propuesta de tremendo calado. El holandés, que el 1 de noviembre cederá el testigo al titular irlandés de Economía, Charlie McCreevy, anunciará en la reunión que los ministros mantienen a partir de hoy en Scheveningen (Holanda) la futura revisión de la normativa comunitaria sobre supervisión bancaria.

Objetivo, según apunta el equipo de Bolkestein, 'limar con mucho cuidado los puntos de esta legislación que están impidiendo de manera indebida la consolidación del sector financiero'.

La Comisión, en concreto, 'se propone', según las mismas fuentes, 'revisar aquellas partes de la llamada segunda directiva bancaria la directiva número 12 del año 2000 que permite a los Estados miembros bloquear fusiones y adquisiciones en este sector'.

La reforma se realizará en conjunto con el Comité de Regulación Bancaria

Bruselas considera que esa directiva describe de manera demasiado vaga la potestad de las autoridades nacionales para pronunciarse sobre una operación bancaria, lo que deja margen para una absoluta discrecionalidad a la hora vetar una fusión o una opa invocado razones de supervisión del mercado.

'La Comisión no quiere despojar a las autoridades nacionales de sus facultades', se esfuerza en destacar el departamento de Bolkestein. 'Tan sólo queremos precisar en qué casos y circunstancias se puede frenar una operación aduciendo motivos ligados a la supervisión bancaria'.

La reforma se realizará en colaboración con el Comité de Regulación Bancaria de la UE, un órgano en el que están representadas la autoridades nacionales (España, por el ministerio de Economía o por el Banco de España) y en el cual el Banco Central Europeo sólo tiene calidad de observador.

El relevo en la Comisión Europea el próximo 1 de noviembre obligará a Bolkestein a dejar esta reforma apenas esbozada. Pero parece poco probable que el próximo comisario de Mercado Interior, Charlie McCreevy, también de talante liberal y procedente de un país con un potente sector financiero, deje morir la iniciativa del holandés.

Holanda, también con una poderosa industria financiera, ha aprovechado su actual presidencia rotatoria de la Unión Europea, para lanzar la señal de alarma sobre la significativa ausencia de fusiones transfronterizas en el sector bancario. Su titular de Economía, Gerrit Zalm, abordará el tema en el consejo informal de ministros que presidirá hoy y mañana.

Zalm destaca, en el documento que servirá de base a la discusión con sus homólogos europeos, que entre 1990 y 2000 sólo el 13% de las fusiones en el sector bancario fueron transfronterizas (frente al 35% en el sector manufacturero). Las razones culturales o sociales, según el documento, no bastan para justificar ese bajo porcentaje porque 'si bien los clientes prefieren trabajar con una oficina bancaria local, no parece importarles que sea propiedad de un banco extranjero'. El proteccionismo, camuflado de supervisión, parece la causa verdadera de la falta de integración.

El SCH, víctima y ejemplo en el sector

El SCH puede convertirse con su opa sobre Abbey National en uno de los primeros bancos europeos que consigue cerrar una fusión transnacional. Hasta ahora, tales operaciones sólo se han producido entre entidades de mercados muy similares, como las acontecidas en el Benelux o en los países escandinavos. Pero el Santander también fue uno de los primeros en sufrir el veto de una operación por unas autoridades nacionales que se basaron en la normativa reguladora y no en la legislación sobre competencia. Lisboa invocó en 1999 las normas de supervisión para impedir que el banco español asumiese el control de la entidad lusa Champalimaud. Bruselas intervino para exigir al Gobierno portugués que respetase las normas europeas de competencia y del libre mercado.Holanda, país que preside la reunión de ministros de Economía de la UE este fin de semana, ilustrará con este ejemplo las dificultades que encuentra el proceso de consolidación. E invitará a los presidentes de ABN Amro, BNP Paribas y Royal Bank of Scotland a informar a los ministros sobre obstáculos similares.

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