Europa unificará la fiscalidad de las empresas
Los ministros de Economía de la UE lanzarán mañana una de las negociaciones previsiblemente más largas y tortuosas que esperan a la Europa de los 25. El debate técnico gira en torno a la armonización de la base imponible del impuesto de sociedades. Pero las ramificaciones políticas y económicas de ese proyecto enfrentan a los defensores de la soberanía fiscal con los afectados por la fuga de empresas.
La cita informal semestral que los ministros de Economía de la Unión Europea mantendrán hoy y mañana en Scheveningen (Holanda) presenta una de las agendas más intensas de los últimos encuentros de este tipo. Al debate sobre fiscalidad de las empresas que los Veinticinco celebrarán durante el almuerzo del sábado se añade la previsible trifulca que la reforma del Pacto de Estabilidad provocará hoy en el encuentro restringido de los ministros de la zona Euro.
Mañana, además, los países contribuyentes, con Alemania al frente, defenderán con vehemencia un techo de gasto del 1% del PIB en los próximos presupuestos (2007-2013). Ninguno de los tres debates concluirá en Scheveningen, la puerta al mar de La Haya. Pero de la capital holandesa pueden salir las posiciones de cada país y la configuración de las alianzas en cada uno de los asuntos.
Por si fuera poco, la zona euro también aborda en este encuentro el nombramiento de un presidente estable para su particular consejo informal de Ministros (Eurogrupo). Hasta ahora, como ocurre con el Ecofin, los países rotan semestralmente en la presidencia. Pero el Eurogrupo quiere dotarse a partir de 2005 de un rostro y voz permanente ante instancias internacionales como el FMI o el G-7, y de un referente político para el BCE. El veterano primer ministro luxemburgués y titular de finanzas, Jean-Claude Juncker, se perfila como candidato indiscutible.
El luxemburgués Jean-Claude Juncker se perfila como el más firme candidato para ser el primer Míster Euro
Mucho más complejo será el debate sobre el impuesto de sociedades. El reciente ingreso en la UE de 10 países ha acentuado la divergencia entre los tipos de imposición (del 15% de Chipre al 38,3% de Alemania, pasando por la imposición cero en Estonia a las multinacionales que no repatrían dividendos).
La CE se niega a proponer la unificación de tipos como desean, en un intento de contrarrestar la deslocalización de empresas, Berlín y París. Francia incluso propone suspender los fondos a los países cuyo tipo de imposición se encuentre por debajo de la media comunitaria (31,4% antes de la ampliación).
Bruselas prefiere la armonización de la base imponible para permitir que las empresas puedan realizar en un sólo país la liquidación fiscal de todos sus resultados en Europa. A ese ahorro administrativo, Bruselas añade su propuesta de crear una ventanilla única para la declaración y recuperación del IVA. La Comisión calcula que la fragmentación fiscal cuesta 1,5 millones de euros anuales a grandes empresas y 200.000 euros a las pequeñas.