British Airways vende su participación en la australiana Qantas para reducir deuda
British Airways ha anunciado hoy la venta de su participación del 18,25% en la aerolínea australiana Qantas por 1.120 millones de dólares australianos (unos 640 millones de euros) para reducir su deuda y mejorar su posición en el futuro proceso de consolidación del sector aéreo en Europa.
El consejero delegado de British Airways, Rod Eddington, ha asegurado que la compañía mantiene su objetivo de rebajar su deuda a 3.000 millones de libras, lo que constituye un paso inicial para obtener mejores ratings de crédito. "Evidentemente queremos situarnos por debajo de los 3.000 millones", dijo, para sanear el balance y estar mejor posicionados en el mercado aéreo.
La venta, dijo, "situará a la compañía en una situación robusta para cualquier futura consolidación en Europa". Sin embargo, no quiso dar más detalles sobre posibles adquisiciones, con excepción de que no tenía interés en la italiana Alitalia. "Tras responder a la pregunta sobre Alitalia, no quiero pasar revista a las demás compañías aéreas europeas", respondió Eddington a la prensa al ser preguntado también sobre la posibilidad de que British Airways, uno de los principales accionistas de Iberia, elevara su actual participación del 9% en la española.
11 años de relaciones estratégicas
La aerolínea británica adquirió las acciones de Qantas en 1993 por unos 465 millones de dólares y ha recibido desde entonces alrededor de 420 millones en dividendos, según indicó la empresa en comunicado de prensa. Se espera que el próximo 14 de septiembre British Airways reciba los últimos dividendos de Qantas, valorados en 21 millones de dólares.
Por su parte, la dirección de Qantas manifestó entender completamente la decisión de la compañía británica y añadió que la transacción no tendrá ningún efecto en las operaciones comerciales de ambas empresas con el mantenimiento del Acuerdo de Servicios Comunes entre las dos aerolíneas. La australiana ha solicitado hoy la suspensión de su cotización en la Bolsa de Sidney a la espera de que se inicie la operación, que se prevé en un plazo máximo de dos días.