RWE reordena su negocio de aguas en España y apuesta por su crecimiento
Fusiona Pridesa y Ondagua, adquiridas a Iberdrola en 2002 por 95 millones La multinacional RWE-Thames Water, propiedad del grupo alemán RWE, ha puesto en marcha un plan de reordenación de su negocio de aguas en España con la fusión de Pridesa y Ondagua, firmas que adquirió en 2002 a Iberdrola. La nueva compañía, que se denominará Pridesa, nace con una cartera de pedidos de 1.040 millones de euros.
El proceso de integración de ambas compañías culminará antes de que finalice este ejercicio, según fuentes de la sociedad. La operación se enmarca en la estrategia de RWE-Thames Water para ampliar los servicios prestados a los clientes dada la complementariedad de las actividades de Pridesa y Ondagua. Además pretende dar un impulso a este negocio y aprovechar las oportunidades que se pueden presentar, inicialmente, en el mercado español y europeo.
La nueva compañía, que será gestionada por Luis Castilla, en la actualidad primer ejecutivo de Pridesa, contará con una plantilla de 825 personas, una facturación prevista en 2004 de 138 millones y un resultado operativo de 14 millones. Su cartera de pedidos a 30 de junio de este año ascendía a 1.040 millones. La suma de las actividades de las dos empresas le permitirá dar servicio a 3,5 millones de usuarios, básicamente en España e Italia.
Salida de la órbita de Iberdrola
La antigua Pridesa, denominación que adoptará la compañía fusionada, se creó en 1975 y pasó en los años 90 a la órbita de Iberdrola. Hace dos años la compañía eléctrica española vendió un 75% de Pridesa y Ondagua a RWE-Thames Water por un total de 95 millones de euros, según la memoria de la filial de RWE que cotiza en la Bolsa de Londres.
El núcleo de su negocio es el diseño, construcción y operación de plantas de tratamiento de aguas y, en particular, en la desalación de agua por ósmosis inversa. Desde su creación ha construido 70 plantas de este tipo, varias de ellas ubicadas en España, como la de Las Palmas, Cartagena y Carboneras (Almería), entre otras. También opera en el campo de la depuración de aguas residuales urbanas y la reutilización y el tratamiento de fangos. En la actualidad cuenta con delegaciones en Portugal e Italia y ha abierto recientemente una más en Estados Unidos.
Ondagua, por su parte, comenzó sus actividades hace 20 años en el negocio del ciclo integral del agua (abastecimiento, saneamiento, operación de potabilizadoras y redes de alcantarillado, principalmente). Entre sus clientes se encuentran 27 municipios españoles y presta servicio a más de 500.000 personas.
RWE-Thames Water, tercer grupo mundial de su sector, tuvo en su división de aguas una facturación en 2002 de 2.850 millones de euros con más de 11.000 empleados y un resultado operativo de 963 millones.
Su negocio se extiende por América del Norte y el Sur, Europa, África y Asia, aunque el grueso de su facturación se genera en el Reino Unido e Irlanda.
La compañía controlada por la alemana RWE, grupo que cuenta con intereses en sectores como la electricidad, gas y residuos, además del agua, pretende aprovechar la experiencia y la tecnología desarrollada por el grupo Pridesa para convertirle en uno de los líderes mundiales en el sector de construcción de plantas de desalación.
Una potabilizadora en el estuario del Támesis
Los habitantes de Londres podrán beber a finales de 2007 el agua procedente de una planta desaladora que va a construir Pridesa, junto con la británica Interverse, en el estuario del Támesis, al este de la capital inglesa. La inversión total de la instalación, junto con sus depósitos y la ampliación de 14 kilómetros de redes de distribución, superará los 300 millones de euros. Su puesta en marcha permitirá potabilizar 150 millones de litros al día y abastecerá a unos 900.000 londinenses.Pero a la nueva Pridesa también se le abren buenas oportunidades de negocio en España. El actual Ejecutivo, presidido por José Luis Rodríguez Zapatero, ha apostado, a través de su Departamento de Medio Ambiente, por la construcción de plantas de desalación y ha relegado a un segundo plano las infraestructuras previstas por el anterior Gobierno para realizar trasvases entre ríos.Esta nueva política, que requiere de importantes inversiones, quiere ser aprovechada por una compañía que ha diseñado en sus casi 30 años de historia más de 70 plantas potabilizadoras en zonas necesitadas de agua, tanto para el consumo doméstico como para el agrícola.