Jazztel da por perdida parte de su inversión en despliegue de red
Jazztel ha tenido que rendirse a la evidencia. Inversiones millonarias en red se han demostrado inútiles al confirmarse que la realidad ha defraudado las expectativas y que la demanda se ha quedado por debajo de lo esperado. El resultado ha sido un coste de 67 millones, que sirve para sanear el balance y ajustarse a la verdadera dimensión del mercado. Jazztel ha tenido que rendirse a la evidencia. Inversiones millonarias en red se han demostrado inútiles al confirmarse que la realidad ha defraudado las expectativas y que la demanda se ha quedado por debajo de lo esperado. El resultado ha sido un coste de 67 millones, que sirve para sanear el balance y ajustarse a la verdadera dimensión del mercado.
Sobredimensionada. æpermil;ste es el calificativo que da Jazztel a su red. El mayor activo de cualquier operadora alternativa se ha convertido en un lastre antes incluso de que el despliegue se pueda considerar completado y de que la inversión haya comenzado a rentabilizarse.
Jazztel comenzó sus desembolsos en red en 1997 y reconoce que lo hizo con un plan de negocios que contemplaba crecimientos de demanda de banda ancha muy elevados. También la regulación establecida para la apertura del mercado de las telecomunicaciones impulsaba grandes desembolsos para hacer redes de cobertura nacional y con mucha capacidad troncal.
De hecho, la obtención de una licencia para dar telefonía exigía el establecimiento de un punto de interconexión por provincia durante el primer año de actividad. El objetivo era asegurar que la liberalización llegara a todo el territorio y que no se basara sólo en atacar a los nichos de mercado más rentables.
La realidad no ha sido como se esperaba. La respuesta de los consumidores no ha estado a la altura de las expectativas ni tampoco ha sido en los campos donde se esperaba. A ello se ha unido una sobreoferta que ha convertido en inútiles muchas infraestructuras.
En España, la primera en reconocerlo públicamente y plasmarlo en cifras ha sido Jazztel. En el folleto continuado remitido la semana pasada a la CNMV la operadora desvela que ha dotado una provisión de 67 millones de euros con cargo a los resultados de 2003 'como consecuencia del sobredimensionamiento de la red'.
Esta cifra supone un 11% de los 600 millones de euros invertidos en el despliegue de red, sin contar con las amortizaciones ya realizadas, y un tercio de los ingresos que la operadora logra en un año.
Con este movimiento, Jazztel reconoce que da por perdida parte de su inversión y el resultado se plasmó en las pérdidas históricas que registró el año pasado. Pero también tiene una parte positiva y es que el balance de la telefónica está ahora saneado y ajustado a la realidad.
Desde 1997, Jazztel ha desplegado una infraestructura troncal de 5.753 kilómetros, con otros 2.718 kilómetros de red de área local. Cuenta con 72 anillos en las 23 principales ciudades españolas y tiene 46 centrales de coubicación, utilizadas para dar servicios de banda ancha con acceso directo a los clientes.
Contrato con Renfe
La limpieza ha afectado tanto a la red troncal como a determinadas infraestructuras de área local, y a todos los elementos de la construcción: equipos, fibra óptica y canalizaciones.
En esta limpieza, hay activos que se consideran totalmente irrecuperables y otros que podrían volver a reconocerse en el futuro, aunque mucho después de lo previsto inicialmente. Entre los que se dan por perdidos están los asociados al contrato con Renfe, una de las infraestructuras que mejor refleja el ajuste a la nueva realidad y el cambio de parámetros.
Nada más llegar al mercado, Jazztel firmó con la empresa ferroviaria un contrato de alquiler de fibra, que obligaba a invertir en equipos cada determinados kilómetros. En 2002, la operadora canceló anticipadamente el contrato, porque la oferta de Renfe había sido ampliamente superada por Uni2, con una propuesta de suministro integral y sin necesidad de realizar inversión añadida alguna.
La oferta de Uni2 dejó obsoleta a la de Renfe con años de anticipación y fue posible porque la filial de France Télécom también se ha encontrado con una red de capacidad más que superior a la demanda que existe. En su caso, el lugar de sanearla totalmente, ha decidido rentabilizar una parte vendiendo a terceros la capacidad ociosa.
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Con el conocimiento de años de experiencia y una mejor ubicación de dónde está la demanda, Jazztel ha enfocado ahora sus inversiones hacia las centrales de Telefónica que se han abierto y permiten la coubicación. Se trata de desembolsos más específicos, que cubren a menos clientes potenciales, pero que dan acceso directo de banda ancha a los usuarios y dejan más margen.
Para ello, Jazztel ha previsto para este año inversiones entre 12 y 15 millones, lo que supone crecimientos hasta del 50% y todo un cambio de tendencia con respecto a la contención de los últimos ejercicios.