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CincoSentidos

Gigantes de piedra

Cuando la Unesco incluyó en la lista de bienes que son patrimonio de la humanidad el conjunto de templos de las islas de Gozo y Malta, para muchos fue la primera noticia de su existencia. Es un caso único, bastante desconocido, sin antecedentes en otras áreas, ni aparente influencia en otras sociedades. No estamos hablando de estructuras elementales, sino de unos complejos religiosos extraordinariamente sofisticados para su tiempo. Algunos fueron levantados antes que las pirámides de Guiza (Egipto), fruto de una civilización granada, anterior a las primeras grandes culturas europeas (la minoica o la micénica). Estos templos amasados con bloques ciclópeos añaden un atractivo de primer orden para quienes visitan el archipiélago maltés, tan rico en paisajes y reminiscencias clásicas.

El propio poblamiento del archipiélago no deja de ser un enigma. Debió de ser hace 7.000 años (o si se quiere, en el 5000 antes de Cristo) cuando los pueblos agrícolas del sur de Sicilia sintieron la necesidad de encontrar nuevas tierras de cultivo. En el horizonte se cernían, difusamente, unas islas. Fue así como se decidieron a cruzar los 90 kilómetros de estrecho que separan a Sicilia del archipiélago maltés. Sus barcas no debían de ser muy rudimentarias, pues en ellas transportaron cabras, ovejas y vacas, semillas y aperos de labranza. Estos agricultores y ganaderos neolíticos, adoradores de una diosa madre que, por aquel entonces era común a todo el área mediterránea, fueron los primeros en poblar el archipiélago y, posiblemente, también en pelar y desbrozar el escaso terreno de su manto boscoso. Pero no fueron ellos los constructores de los templos, sino las nuevas oleadas de colonos procedentes también del sur de Sicilia.

Una cueva labrada por el río

Los nuevos invasores dominaron a las poblaciones agrícolas ya establecidas, al menos, en el plano cultural. Traían nuevas ideas y utensilios, la vida prosperó y contaron con suficiente riqueza y ocio como para pensar en levantar esas estructuras formidables a un panteón seguramente ya más nutrido.

Los indicios más remotos se encuentran en Ghar Dalam, en una cueva labrada de forma natural por un río y que ha estado habitada desde hace 5000 años hasta que los arqueólogos se ocuparon de ella en el siglo XIX (algo similar a lo ocurrido con la cueva burgalesa de Ojo Guareña). Los templos propiamente dichos comenzaron a levantarse hacia el año 3600 antes de Cristo, en Ggantija ('gigantes'), en la isla de Gozo, un complejo que da nombre a toda una fase constructiva.

La complejidad de los templos de Ggantija deja descolocado al visitante al pensar que se trata de estructuras neolíticas. Un muro exterior de planchas ciclópeas delimita un recinto donde se agrupan dos unidades, cada una de ellas formada por alvéolos o ábsides ordenados en torno a un eje o pasillo, como una especie de trébol que se complica con cinco capillas (y más, en otros lugares). Los bloques de piedra son titánicos, lo que ha asegurado su pervivencia, y demuestran dos cosas: la existencia de un genio creativo innegable (más explícito en los relieves y grabados, o en las estatuillas encontradas, ¡algunas cabezas parecen salidas del cincel de Picasso!) y un dominio técnico impensable que se aprecia por ejemplo en la juntura milimétrica de los bloques. Maquetas de terracota encontradas sugieren que estos templos estaban techados posiblemente con cubierta vegetal.

Si el conjunto de Ggantija en la isla de Gozo resulta paradigmático, en la vecina Malta encontramos otros templos más prolijos. Por ejemplo, el de Tarxien, verdadera madriguera divina, donde además han sido halladas figuras (alguna de gran tamaño) que recuerdan un poco a las venus neolíticas de Centroeuropa o a las gordas de Botero. En este complejo, como también en otros, algunos dinteles o basas lucen una sofisticada decoración a base de espirales y de picotazos o agujeros en avispero.

El templo de Hagar Qim, al sur de la isla, resulta especialmente seductor por su posición sobre un acantilado, a pocos metros del mar. Cerca de él se encuentra otro complejo importante, el de Mnajdra. Muy diferente a estos modelos, enigmático y oscuro, es el llamado Hipogeo, cerca de Tarxien. Aunque pertenece a la misma época, es un habitáculo subterráneo, labrado en la roca y que imita pilastras de aspecto clásico.

Los amantes del mundo clásico pueden complementar su periplo por las islas con parajes como la Ventana Azul o la Gruta de Calipso (en Gozo), lugar éste donde la ninfa retuvo durante diez años a Ulises en esa metáfora fiel de la insoportable seducción del mar.

Guía para el viajero

Cómo irAlitalia (902 100 323) ofrece vuelos diarios a La Valetta, capital de Malta, vía Milán o Roma. Precios desde Madrid a partir de 420 euros ida y vuelta más tasas. British Airways (913 769 666) vuela lunes, martes, viernes, sábados y domingos. Precios desde Madrid 720 euros ida y vuelta. La mayorista Politours dispone de vuelos directos desde Madrid y Barcelona a Malta operados con la compañía Air Malta, en agosto y septiembre, con programas como Malta al completo durante ocho días, con vuelo, hotel a media pensión, recorrido y visitas a partir de 785 euros. Otro programa es Malta a su aire, durante ocho días con vuelo, alquiler de coche y seguro, desde 370 euros con salida desde Barcelona (suplemento de 30 euros saliendo desde Madrid) y escapadas a Malta de 3 días a partir de 375 euros desde Barcelona (30 euros más si se sale desde Madrid).DormirUn hotel muy céntrico y agradable es Le Meridien Phoenicia, a las puertas del recinto amurallado de La Valetta, junto a la estación central de autobuses (tel. 356 2122 5341). Las grandes cadenas (Hilton, Radisson, Westin, etc.) tienen magníficos hoteles, sobre todo en St. Julians, la zona de animación nocturna, de terrazas y restaurantes turísticos y las discotecas.ComerDos lugares muy recomendables, no turísticos son Rubino, en St. Paul Street, cocina maltesa y creativa, también cocina italiana, un lugar frecuentado por la élite local y políticos del cercano Parlamento; y Giannini (23 Windmill Street, cerca de la estación de autobuses, tel. 2123 7121), cocina italiana de alta calidad, un lugar para conocedores.

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