Septiembre, el mes de la ópera más cercana al público
Carmen, el mito más español, escrito paradójicamente por un francés en el siglo XIX, y que el compositor romántico Georges Bizet inmortalizó en la forma de una de las óperas más conocidas, es la pieza encargada de cerrar la programación cultural de los Veranos de la Villa en Madrid. Los días 2, 3 y 4 de septiembre la ópera sale de los grandes teatros para encontrarse en el antiguo cuartel de Conde Duque con el gran público.
La ópera busca nuevos adeptos. Un género tradicionalmente tildado de elitista, quiere acercarse a ese público que no suele sentarse en las plateas de los teatros dedicados a la lírica. Precios entre los 25 y 40 euros y las desventuras de Carmen, Don José y el gitano Escamillo cantadas al aire libre marcan la diferencia de una ópera que quiere ser para todos.
La cubana Linda Mirabal y el madrileño Antonio Ordóñez, dos cantantes que han interpretado Carmen en medio mundo, encabezan el cartel de la representación de Conde Duque en la que participan más de 150 artistas. Pascual Osa dirigirá a la Orquesta Filarmonía, que estará acompañada del Coro Eurolírica, el Orfeón Filarmónico y la Escolanía de San Martín de la Vega.
'Orgulloso de cantar para el pueblo', así se mostró ayer Antonio Ordóñez en la presentación del espectáculo. Este intento por popularizar la lírica no es nuevo al menos sobre las tablas del Conde Duque. Ya el verano pasado, un Othello, dirigido también por Pascual Osa sobre la composición de Verdi, descargó su tonada sobre el gran público.
Pero Carmen no está sola en esta cruzada por captar nuevos públicos. También en septiembre llegará al Palau Sant Jordi de Barcelona, la versión más efectista y masiva de La Traviata de Verdi, para luego recalar en el madrileño Palacio de Vistalegre en los primeros días de octubre. Esta producción lleva a la undécima potencia la idea de la ópera popular, al convertirse en un espectáculo al estilo de los grandes musicales que llenan los principales teatros de Madrid. 300 bailarines, un escenario circular de 1.000 metros cuadrados y 2.500 vatios de sonido son parte del relumbrón que ofrece esta producción que ya se ha paseado por Bruselas, Colonia y Lisboa y cuyo precio parte de los 26 euros.
Las jornadas de precios reducidos que ha ofrecido el Teatro Real de Madrid la pasada temporada y estos nuevos montajes más baratos y efectistas marcan una tendencia en la que la ópera no quiere quedarse en la cola del resurgir de lo musical en la escena española.
La 'Carmen' que no llega
Un ejemplo de ópera cercana al público fue Carmen en Sevilla, en la que participaba el director de la última versión cinematográfica, Carlos Saura. Aunque su celebración se ha anunciado y luego suspendido tres veces en los últimos cuatro años (la más reciente el pasado julio, cuando se anularon las nueve funciones previstas para septiembre), la idea del productor Michael Ecker es representarla en tres escenarios naturales de la ciudad: la Plaza de España, el Parque de María Luisa y La Maestranza. Está previsto que se intente poner en marcha de nuevo en otoño de 2005.Con un aforo máximo de 72.000 personas para las nueve representaciones, más de la mitad de las entradas tenían un precio de entre 50 y 100 euros (en conjunto oscilaban entre los 15 de la más barata y los 850 euros de la VIP).Casi 20.000 personas habían reservado ya sus entradas asociadas a paquetes turísticos. Ecker justificó la suspensión por la enfermedad del director musical Loorin Maazel, aunque también se barajan razones económicas.