Una filial de HP bate el récord de pérdidas
Telefónica desbancó a Banesto y ahora ha sido superada por Hewlett-Packard. La filial española del gigante de la informática dedicada a la tenencia de valores extranjeros ha obtenido el dudoso honor de convertirse en la empresa nacional que más pérdidas ha registrado en la historia.
Telefónica ya no es líder. Sus 5.577 millones de euros de números rojos registrados en 2002 han dejado de ser los mayores de España después de conocerse que, ese mismo año, la sociedad Hewlett-Packard Equity Spain perdió 5.943 millones, todo un récord histórico. Con estos registros, los 3.514 millones perdidos por Banesto tras reformular sus cuentas de 1993 se colocan en una discreta tercera posición.
El ejercicio de 2002 fue algo más que atípico en HP. Fue el año de la fusión con Compaq y de ella se derivaron varias consecuencias, unas a futuro y otras con efectos inmediatos. La más importante de estas últimas fue la entrada en pérdidas de la compañía a nivel mundial, las primeras desde, al menos, 1980. Tampoco la filial española encargada del negocio -HP Iberia, responsable también de Portugal- tuvo un buen ejercicio.
Seis veces más
Con todo, la matriz global del grupo tuvo unos números rojos de 978 millones de euros y los de HP Iberia fueron de 50,8 millones, unas cifras que se quedan en nada si se comparan con los de la filial española dedicada a la tenencia de participaciones. Y es que HP Equity Spain multiplicó por seis el déficit de su matriz, según consta en las cuentas de la compañía.
También en su caso el resultado tiene que ver con la fusión y con las características propias de su objeto social, alejado del negocio tecnológico. Hasta el momento de la unión, HP y Compaq tenían cada una entidades de tenencia de valores extranjeros (ETVE) en España por separado. La mayor de ellas era la de Compaq, con una cartera de participaciones que se valoraron en más de 9.700 millones de euros antes de la fusión con HP.
En el momento de integrar las dos compañías holding españolas, se acometió una reorganización en las participaciones y se decidió traspasar a una empresa de Luxemburgo todas las sociedades que colgaban de Compaq, según las explicaciones de Ignacio Longarte, director del Departamento Fiscal de HP para España y Portugal. Para realizar este traspaso intergrupo, la legislación exige la valoración de un experto independiente y aquí estuvo la clave de las pérdidas.
Este experto valoró las sociedades en 2002, cuando la crisis de las empresas tecnológicas y el desplome bursátil estaba en su máximo apogeo. Además, la marca Compaq estaba ya devaluada al conocerse su desaparición. El resultado fue una tasación muy inferior a la que había realizado Compaq poco antes. Al concretarse el traspaso, la diferencia entre la valoración inicial y la que sirve de referencia para la desinversión se materializa como una minusvalía y va directamente a la cuenta de resultados como pérdidas extraordinarias, que ascendieron a 6.663 millones. Con ese lastre en los atípicos poco se pudo hacer en el resultado neto, que fue negativo en 5.943 millones.
Un déficit sin impacto en el negocio nacional
Las millonarias pérdidas de HP Equity Spain no afectan a la filial española encargada del negocio de informática, ni tendrán impacto en el pago de impuestos de la multinacional. La ETVE es una entidad ajena e independiente del negocio y su crédito fiscal no sirve para sus compañeras de grupo. A pesar de ello, la existencia de las entidades de tenencia de valores extranjeros es netamente fiscal. Esta figura es el resultado de los deseos del último Gobierno del PP de incentivar la internacionalización de las empresas españolas. El resultado fue el impulso a las ETVE, unas sociedades cuyo principal atractivo es que, a grandes rasgos y cumpliendo determinadas condiciones, ni los dividendos ni las plusvalías de fuente extranjera tributan. Esta figura ha sido un auténtico éxito. No sólo las empresas españolas la han utilizado, sino que la mayoría de las grandes multinacionales -Vodafone, HP o American Express- también han centralizado en España sus holdings de participaciones. Los resultados están a la vista: el 60% de la inversión extranjera que ha venido a España desde 2001 lo ha hecho en ETVE.Pero esta figura no está exenta de polémica. Sus defensores aseguran que genera empleos e impuestos inducidos. Sus detractores afirman que es una inversión improductiva, con alguna justificación cuando favorece a firmas nacionales y ninguna cuando se trata de extranjeras.