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CincoSentidos

Equipos portátiles para ver cine a la carta

Ya es posible llevar un vídeo en el bolsillo. Y, además, resulta más práctico de lo que podemos pensar a primera vista. En Japón muchos aficionados, antes de salir de casa para ir a trabajar, graban una película o el informativo de televisión en su pequeño portátil de vídeo. Después, en el metro, el autobús o el tren de cercanías, se entretienen viendo la grabación. Otros, empiezan a llevar el equipo de vídeo portátil en el coche y, cuando salen de viaje, lo utilizan para evitar que los chicos distraigan al conductor. Una buena sesión de dibujos animados funciona como un bálsamo infalible cuando empiezan a armar jaleo en el asiento trasero.

En el último año se ha multiplicado la oferta de equipos de vídeo de bolsillo. Hoy podemos encontrar dos tipos de portátiles diferentes: los compatibles con DVD y los que guardan las imágenes en pequeños discos duros internos. Los primeros, más que portátiles son transportables. Lo mejor es que funcionan con películas en DVD convencionales. Tanto con las que compramos, como con las alquiladas en el videoclub. Además, algunos modelos (como el Woxter Sierra) también reproducen vídeo comprimido en el ya famoso sistema de internet (el llamado DivX). Lo peor de estos equipos DVD portátiles, aparte del tamaño, es que no son capaces de grabar desde la tele o de un ordenador. Sólo reproducen discos. Eso sí. Los más completos funcionan con discos de música de vídeo y de fotos… Pero sólo discos, al fin.

Los portátiles de vídeo con disco duro, en cambio, son más pequeños y portátiles. Llevan un microdisco duro capaces de almacenar grandes cantidades de música, vídeo y fotos en su interior. Los más capaces admiten hasta 156 películas en formato internet (100 gigabytes de información). Algunos (como el Archos AV400), incluso permiten grabar directamente de la tele. Otros, como el Rimax HDDivx, mantienen una excelente relación calidad-precio, pero no incorporan pantalla (se pueden conectar al TV o al ordenador).

El mayor inconveniente de los equipos de vídeo portátiles con disco duro es que, de momento, están pensados para usuarios algo iniciados en esto de la tecnología. Un aficionado capaz de sacar todo el partido al aparato porque maneja con cierta soltura su ordenador, está conectado a Internet y tiene interés por mantenerse al día en esto del vídeo digital.

Aunque, de entrada, parece que estos últimos destilan un cierto aire elitista y están pensados para una minoría, sin ninguna duda son los que tienen más futuro.

Son equipos pequeños, ligeros y muy versátiles que, poco a poco bajarán de precio y simplificarán su funcionamiento. Dos condiciones necesarias para extenderse entre los millones de aficionados al mundo del vídeo portátil.

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