El arrendador, el que más ganó con la reforma fiscal de 2003
La última reforma fiscal aprobada por el Gobierno del PP, que entró en vigor el 1 de enero de 2003, benefició 'especialmente' a los hogares cuyos ingresos proceden fundamentalmente del alquiler de viviendas, ya que la reforma introdujo una reducción del 50% para estas rentas.
æpermil;sta es una de las conclusiones de un estudio sobre el impacto de la reforma tributaria en los hogares, difundido por el Instituto de Estudios Fiscales, dependiente del Ministerio de Economía.
La explicación que ofrece es que los hogares que perciben rentas del capital se caracterizan 'por la posesión de un patrimonio cuantioso' y, además, porque se beneficiaron 'especialmente' de la reducción del 50% para las rentas obtenidas por el alquiler de viviendas.
No obstante, advierte el informe, estos resultados se deben tomar con 'las debidas cautelas', por la 'infradeclaración' de este tipo de rendimientos. Así, estas familias aumentaron su renta neta un 5,86%, frente al aumento del 2,20% obtenido por los asalariados, del 1,97% percibido por los autónomos, del 1,71% de los pensionistas y del 1,57% de los desempleados. Por tanto, 'son los hogares de mayor capacidad económica los más beneficiados por la reforma', asegura el estudio.
Como consecuencia de la reforma, la renta neta de todos los hogares aumentó el 2,10% y su coste recaudatorio global, medido por el descenso de la cuota líquida o cuantía que pagan los contribuyentes, fue del 14,93%.
Otra de las conclusiones es que el nuevo impuesto es el 8,20% más progresivo, es decir, pagan más los que más rentas ganan, pero el coste recaudatorio reduce su potencial redistributivo en el 9,17%.
Atentos a
575.761 madres trabajadoras con hijos menores de tres años se beneficiaron de la deducción estipulada por la reforma (100 euros mensuales o deducción de 1.200 anuales), lo que originó una pérdida recaudatoria estimada de 733,11 millones de euros.