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Mensajería

Correos sale al rescate de su deficitaria filial

La división de paquetería urgente de Correos se convirtió en 2003 en un lastre que hundió el resultado de explotación del grupo. Perdió 57,5 millones y Correos debe inyectar 94 millones para evitar su entrada en causa legal de disolución. Aun así, el operador triplicó su beneficio neto por los extraordinarios

Chronoexprés sufrió el año pasado unas pérdidas de 57,5 millones de euros que la empresa atribuye, principalmente, a los efectos de la integración con Servipack, comprada en 2002. Esas pérdidas han consumido los recursos propios que tenía la empresa al iniciar 2003 y parte de los 94 millones que ha decidido inyectar Correos para evitar que entre en causa legal de disolución.

Correos acordó, un día antes del fin de 2003, el aumento del capital social en 94,3 millones. De esta cantidad, el operador postal desembolsó, en metálico, 24,9 millones. Antes del 31 de diciembre de este año, Correos tendrá que desembolsar otros 44 millones y otros 25,3 millones antes del final de 2005. Aunque Chronoexprés había publicado los anuncios de esa ampliación, no dijo que era necesaria para evitar incurrir en causa de disolución ni se conocían los plazos para los desembolsos de Correos.

Y pese a que esa inyección se computa ya por completo en el balance, a 31 de diciembre de 2003, los fondos propios de la sociedad vuelven a ser 'inferiores a las dos terceras partes del capital social' según reflejan las cuentas de la compañía, dada la cuantía de las pérdidas. Así, según la ley, Chronoexprés tiene un año para restablecer la situación patrimonial o reducir el capital absorbiendo las pérdidas acumuladas'.

El lastre de la filial se ha reflejado en las cuentas de Correos. Cuando la sociedad estatal dijo antes del verano que había logrado unos beneficios de 186 millones, con lo que multiplicaba por 2,2 los del año anterior, la empresa estaba contando sólo una parte de la verdad. Eran cifras antes de impuestos de la sociedad individual, pero Correos no facilitó los resultados netos individuales ni las cuentas del grupo consolidado.

Con la panorámica completa, hay partes de la foto en las que Correos sale peor parado y otras en las que sale mejor. Los resultados netos consolidados muestran que el operador ganó el año pasado 102,8 millones, frente a los 32,5 millones de 2002. Es decir, no sólo duplicó, sino que triplicó el beneficio.

El origen de esos resultados, sin embargo, no radica en la evolución del negocio. Así, en las cifras consolidadas, los beneficios de explotación y ordinarios se hunden a menos de la mitad precisamente por el lastre de Chronoexprés, y son sólo los resultados extraordinarios los que le dan la vuelta a la cuenta de resultados. El departamento financiero de Correos no ha podido atender las llamadas de este diario para ampliar la información, pero según las cuentas de la compañía la mayoría corresponde a provisiones que se dotaron en 2002 y se deshicieron en 2003. Es decir, a apuntes contables de ida y vuelta: lo que un año restaba, al siguiente suma.

Más subvenciones

Entre los extraordinarios, casi se duplican las subvenciones de capital transferidas a resultados, que pasan de 22,4 a 40,4 millones.

La compañía ha iniciado en 2004 un plan estratégico que contempla una inversión de 750 millones. Correos prevé incrementar los ingresos en un 5% anual a partir de 2006. El año pasado, las ventas del grupo consolidado crecieron un 7,6% hasta 1.865,9 millones.

Atentos a

Chronoexprés ha encarado su primer ejercicio como filial 100% de Correos con pérdidas cercanas a los 60 millones. El operador ha apostado por esta división ante la liberalización del sector, comprando Servipack y adquiriendo el total de su filial de envíos.

La fracasada respuesta a la liberalización

A finales de los noventa Correos perfiló la creación de una filial de paquetería urgente para diversificar su negocio ante la progresiva liberalización del sector. La intención del operador postal era alcanzar una posición de liderazgo en el mercado de transporte urgente.Bajo estas premisas, en diciembre de 1998 se acordó la compra del 50% de Jet Worldwide España, filial del correo francés. En junio de 2001 Correos firma un acuerdo con La Poste para hacerse con la mayoría de Chronoexprés, que toma entonces dicha denominación.La dirección de Correos apuesta firmemente por esta división y se plantea crecer en el futuro mediante compras. Así, en julio de 2002, Chronoexprés compra a SCH el 100% de Servipack, una operación valorada en 42 millones. Como resultado de esta compra, La Poste reduce al 25,77% su presencia en Chronoexprés. Antes de finalizar el año, el 17 de diciembre de 2003, se hace efectiva la adquisición del porcentaje que mantenía La Poste en Chronoexprés. Correos pasa a controlar el 100 % de la empresa de envíos urgentes.

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