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La vida de las empresas

Tubacex. Los tubos de Llodio llegan a 60 países

Es el segundo fabricante del mundo de tubos de acero inoxidable sin soldadura, y lo ha conseguido en competencia con multinacionales como la sueca Sandvik y la japonesa Sumitomo. Sus claves son un proceso integral de producción y un servicio que no recibe quejas.

En Llodio (Álava), en el valle de Ayala, Tubacex tiene la sede y su núcleo industrial. Desde este escenario clásico del sector fabril vasco, mezcla de campo y fábrica, la compañía se ha convertido en el segundo fabricante del mundo de tubos de acero inoxidable sin soldadura. De cada 100 kilos de este producto que se venden en los mercados internacionales, 23 kilos son facturados por el grupo vasco. Con 1.500 trabajadores, compite en los primeros puestos de su sector con las multinacionales Sandvik (Suecia) y Sumitomo (Japón), unos mastodontes empresariales que además tienen negocios financieros, bancarios, etcétera.

Manuel Fernández, subdirector general corporativo, lleva toda su vida profesional, 36 años, en Tubacex, y conoce las claves de este éxito. Su mesa de trabajo está ocupada por un mapa que le sirve de escritorio y le recuerda la estructura internacional de la empresa, que vende sus tubos en 60 países a las industrias relacionadas con la energía, el refino de petróleo y la química.

Sistema integral

La primera clave de Tubacex empieza desde abajo, porque es uno de los tres fabricantes mundiales de su sector que tiene un sistema de producción integral. Su acería de Amurrio, también en el valle de Ayala, le surte de palanquilla, una de las materias primas para los tubos. La capacidad de esa instalación le permite vender a terceros, y además Tubacex ha conseguido desarrollar una palanquilla cuadrada, 'no sin lágrimas y dolor', como especifica Fernández, que deja más margen de beneficios porque su elaboración es más barata y rápida. Otras materias primas quedan fuera de su control, como el níquel, cuyas subidas de precios en 2003 castigaron el balance del ejercicio anterior, 'por la explosión de la demanda de China y por la especulación', según el subdirector general de Tubacex.

El molibdeno también se ha revalorizado al máximo (de 12.000 a 40.000 dólares por tonelada), pero en el mercado europeo se aplica al cliente desde hace 25 años el recargo de aleación, una subida que Tubacex ha conseguido trasladar también al mercado de Estados Unidos. La palanquilla que llega de Amurrio se traslada a Llodio en tubos, manejando piezas de hasta 450 kilos, que pueden llegar a medir al final del proceso más de veinte metros, una longitud válida para su traslado en camión a Europa y en contenedores por barco al resto del mundo. Cerca de Llodio, en Arceniega, también en Álava, se encuentra la filial encargada de realizar accesorios para tubos. Tubacex suministra desde fábrica en plazos de hasta tres o cuatro meses. Para entregas inmediatas está otra filial, Cotubes, que dispone de una red de almacenes por toda España que cobra un recargo por una mayor rapidez en la entrega.

Este sistema integral permite responder a casi cualquier encargo. Hace años se recibió en Llodio una llamada urgente de una refinería de Conoco en Inglaterra. Una explosión había dañado un horno y paralizado las instalaciones, lo que acarreaba unas pérdidas diarias de un millón de libras.

Conoco necesitaba tubos cuanto antes y su reclamo, realizado a todas las fábricas del sector en el mundo, fue respondido por Tubacex, que se comprometió a iniciar los suministros a la sexta semana de la firma del contrato. El esfuerzo multiplicó por tres el precio, aunque un retraso lo hubiera recortado en una tercera parte. No hubo rebajas porque Tubacex inició las entregas a las tres semanas y a las seis ya había concluido los suministros. El prestigio de esta operación le llevó a otra con destino Canadá, más urgente, por lo que los tubos tuvieron que volar en los gigantescos aviones rusos Antonov, desde el aeropuerto de Sondika (Vizcaya), entonces operativo y el más cercano a las instalaciones de Llodio.

Pero Tubacex es mucho más que sus fábricas en España. También tiene instalaciones industriales en Austria, tras la compra de SBER, y otras dos en Estados Unidos, donde tuvo que cerrar una en diciembre de 2002 por la complicada coyuntura del mercado. La que está operativa, gestionada por la filial Salem, fabrica una gama de tubos distintos a los que Tubacex obtiene en Llodio, por lo que la empresa vasca cuenta con su propia comercializadora con cinco trabajadores en Houston.

En Estados Unidos, y en el resto de mercados, tienen que competir con su participada austriaca SBER, porque cada una ha mantenido su marca. Los centroeuropeos, con 150 años de historia industrial, tienen un almacén con once operarios en EE UU, uno de los mayores importadores de tubos de todo el mundo.

En el mundo

Red comercialDelegaciones propias. Francia, Italia y Holanda. SBER aportó tras su integración en Tubacex sus oficinas de Alemania, República Checa, Hungría y Polonia. En estos países se ha registrado un consumo al alza de tubos desde meses antes de su integración en la Unión Europea (UE), el pasado 1 de mayo. Antes, la demanda en esa zona era prácticamente anecdótica, pero los bajos costes laborales soportaban el mantenimiento de una estructura comercial.Norteamérica Tubacex tiene 16 personas en las delegaciones de Estados Unidos, uno de los mayores importadores de tubos del mundo, y otras cuatro empleadas en sus oficinas de Canadá.Asia. El grupo vasco dispone de oficinas comerciales en Seúl (Corea del Sur) y China, atendidas por cinco empleados en total.Agentes. En las partes del mundo donde Tubacex no tiene oficinas comerciales, la empresa vasca contrata a agentes que la representan, con la condición de que, en lo referente a tubos, sólo pueden trabajar con los productos del grupo de Llodio. Toda esta organización ha propiciado que Tubacex tenga una cuota mundial del 20% en su sector.

'El grupo no unifica marcas, cada empresa tiene su identidad'

Manuel Fernández explica que 'pudimos caer en la tentación de unificar las marcas (de Tubacex y SBER) y sus redes comerciales, pero cada una tiene su propia identidad y no hay más que ver lo que le ha pasado a la competencia'.El subdirector general corporativo de Tubacex se refiere a DMV, resultante de la fusión de los tuberos Damline (Italia), Mannesmann (Alemania) y Vallourec (Francia). Cada uno no sólo aporto la inicial de su nombre al nuevo grupo, sino que integró todas sus estructuras, 'y su servicio a clientes se convirtió en un desastre. En aquella época, con sus retrasos en los pedidos pudimos ganar cuota', añade Fernández.Aparte de su base industrial, el grupo vasco cuenta con una extensa red comercial por todo el mundo. Por supuesto, tienen delegación en China, el mercado de moda. Está a plena actividad, atendida por dos trabajadores locales. Su labor es coordinada por la delegación del grupo más cercana, la de Seúl, donde un catalán y dos coreanos supervisan a sus compañeros de Pekín, 'que trabajan a su ritmo', especifica Fernández.

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