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CincoSentidos

Olimpiadas bajo el signo del dopaje

Preparados, listos, ya. La guerra al dopaje tiene en los Juegos Olímpicos de Atenas su campo de batalla más descarnado. Las autoridades deportivas han decido ponerse serios. Un 25% más de tests que en Sidney (unos 3.000 de orina y por primera vez de sangre) ,a lo que hay que añadir el efecto sorpresa, que consiste en que el mayor equipo de control de dopaje de la historia de los Juegos, unos 150 profesionales, pueden poner a prueba a los deportistas en cualquier momento. Esto ha llevado a una oleada de expulsiones y renuncias de última hora a participar en la competición.

'Este es el camino de la ética deportiva', aplaude el especialista en Medicina del deporte y jefe del Centro de Alto Rendimiento de Sant Cugat, Francec Drobnik. Y no sólo eso, porque es 'la salud de los deportistas la que está en juego', asegura quien teme por los efectos y anomalías de sustancias como las hormonas de crecimiento, que dan lugar a una excesiva producción de insulina.

Las hormonas de crecimiento son la nueva gran preocupación de los expertos. Así lo ve Cecilia Rodríguez, especialista en dopaje del Consejo Superior de Deportes, que afirma que el problema al que se enfrentan los laboratorios es detectar sin errores si se trata de sustancias endógenas o exógenas, lo que no es fácil. El COI, por su parte, no acaba de afirmar si tiene lista o no una técnica de detección.

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¦bull; FORO: Los Juegos de Atenas está marcados por la lucha contra las drogas. El Comité Olímpico Internacional ha declarado la §Guerra al dopaje§.

La hormona del crecimiento es la gran preocupación, junto al dopaje genético

Tanto misterio y esfuerzo científico para evitar que a la Agencia Mundial Antidopaje (AMA) y otras autoridades se les escapen nuevos estimulantes. Como sucedió con el caso Balco, un laboratorio californiano que habría distribuido el asteroide THG (tetrahidrogestrinona) a atletas americanos como Kelli White, el recordman Tim Montgomery y, presuntamente, a la campeona olímpica Marion Jones, entre otros.

Como el perro y el gato, las técnicas de control persiguen a los nuevos estimulantes sin descanso. Es por eso que, al menos formalmente, la AMA ha incluido este año el dopaje genético entre las 120 sustancias que prohibe. Nada más temible, coinciden Cecilia Rodríguez y Francec Drobnik. 'El dopaje genético es algo de lo que se viene hablando desde hace cinco o seis años en los círculos científicos', asegura Rodríguez, que considera que los efectos secundarios serían terribles. Se buscaría el atleta a medida a base de inyectarse ADN modificado. ¿De qué valdrían entonces las píldoras de esteroides? Introducir el gen de EPO (eritropoyetina) sería el siguiente paso y para detectar la trampa se requeriría conocer el mapa genético de cada atleta.

Una carrera de fraudes y destapes que tiene como base, desde el punto de vista psicológico, el miedo a no lograr los resultados. 'La envergadura económica de los Juegos y su progresiva mercantilización ejerce una presión tremenda sobre el deportista que tiende, como es la tónica en la sociedad actual, a pensar a corto plazo', explica el presidente de la Asociación Catalana de Psicólogos del Deporte, Jaume Martí.

Lo cierto es que los escándalos y suspicacias relacionadas con el dopaje se suceden sin descanso. El caso de los atletas griegos Kenteris y Thanou, que eludieron un control del Comité Olímpico Internacional toma cada día visos más grotescos. Fuentes judiciales afirmaron ayer que el accidente de moto que los retuvo de acudir a su cita fue una farsa. La expulsión en los últimos dos días de siete levantadores de peso, más el nuevo caso de dopaje en la delegación griega, dan cuenta de un suma y sigue de dimensiones olímpicas.

Entrenadores y médicos comienzan también a estar en el punto de mira de la AMA, como avisó ayer su presidente, Dick Pound, a la vez que se daba a conocer que el entrenador de los dos atletas griegos había sido sancionado por importación de anabolizantes en 2003.

Abecé de las sustancias prohibidas

AnabolizantesLos esteroides anabólicos son derivados sintéticos de la testosterona. Promueven el crecimiento del músculo esquelético y aumentan la masa magra. Entre ellos están el estanozolol (Ben Johnson lo consumió y le fueron retiradas las medallas en 1988) o el polémico THG del caso Balco. Efectos secundarios: en el hombre, daño renal, desarrollo de senos o esterilidad; en las mujeres, desarrollo de características masculinas.DiuréticosSon los parches de las sustancias prohibidas, ya que ayudan a eliminar fluidos corporales. También sirven para perder peso. Algunas de ellas son acetazolamida o cloritalidona. Son fácilmente detectables y producen deshidratación, calambres o daño renal.EPOLa eritropoyetina es una hormona producida por el riñón para mantener la concentración de glóbulos rojos. Sintetizada, es frecuente en deportes de resistencia, como ciclismo, ya que mejora el transporte del oxígeno en la sangre y permite competir más tiempo. Al canoísta español Jovino González se le detectó EPO y fue expulsado de los Juegos. Aumenta la viscosidad de la sangre, el riesgo de trombosis y apoplejía. Hasta 2000 no existía método para detectarlo.Hormona del crecimientoSu forma más conocida es el HGH. Incrementa la masa muscular y la fuerza y acelera la curación de tejido lesionado. Sus efectos son el crecimiento anormal de órganos internos e incluso de manos o rostro. El COI ha prometido poner en marcha la prueba de detección.

El tráfico encubierto en los gimnasios

Los templos del músculo urbano no están exentos del comercio de sustancias anabolizantes. En los mostradores de muchos de ellos se exponen y venden productos de complejos vitamínicos y proteínicos que muchas veces tienen en su composición esteroides, según ha afirmado el Ministerio de Sanidad.El asedio al dopaje se extiende también a lo gimnasios en la forma del programa de lucha contra el dopaje en el deporte, que hace unas semanas anunciaron la ministra de Sanidad, Elena Salgado, y el secretario de Estado para el Deporte, Jaime Lissavetsky.La prohibición de la venta de los suplementos alimenticios en los gimnasios es uno de los primeros pasos de este plan. La llamada vigorexia, la obsesión por la musculatura, está detrás de esa búsqueda de resultados rápidos sin medir las consecuencias para la salud. En julio pasado, una redada se saldó con la detención de 121 personas por presunto tráfico de esteroides.

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