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La vida de las empresas

La botica que sedujo a Fleming

Esteve tiene una vasta red de acuerdos con las grandes multinacionales farmacéuticas

Cuando el Nobel Alexander Fleming visitó España en 1948, una de sus peticiones fue conocer a Antoni Esteve. El farmacéutico, que regentaba un pequeño negocio familiar en Manresa (Barcelona), había conseguido notables logros de investigación. Aquella innovadora botica ocupa hoy un lugar entre las grandes farmacéuticas españolas. Los herederos del fundador han tejido, además, una amplia red de alianzas con multinacionales para investigación, desarrollo y comercialización de moléculas y fármacos en todo el globo. Páginas 8 y 9

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