La patronal petrolera argentina estudia un recurso contra la subida de impuestos
La Cámara de Hidrocarburos de Argentina, la asociación que defiende los intereses de las compañías petroleras en el país andino, está estudiando la posibilidad de denunciar la subida de impuestos a la exportación de hidrocarburos que está estudiando el Gobierno. La patronal 've indicios de dudosa legalidad en esta medida', señalan fuentes del sector.
Aunque no se conoce oficialmente cómo se va a materializar el incremento tributario, el Gobierno de Kirchner ha dejado claro que con él quiere evitar que la escalada de los precios del crudo se traslade al mercado interno (ver Cinco Días de anteayer). Para ello estudiaría, según se ha filtrado a los medios de comunicación argentinos, una serie de tramos impositivos en función de la subida del barril de brent. Por debajo de 32 dólares, la retención se mantendría en el 25% (este porcentaje rige desde el pasado mes de mayo, tras una subida de cinco puntos). A partir de esa cotización, la retención va subiendo escalonadamente.
Un portavoz de Repsol señaló ayer que la compañía no se pronunciará hasta que el Gobierno anuncie oficialmente las subidas. Con todo, reconocen que es muy probable que se establezca un sistema de tramos. Ante una nueva subida de impuestos, Repsol intentará, según un portavoz, 'optimizar el mix productivo', que se compone de crudo (cuyas exportaciones están gravadas) y de productos destilados (exentos). Argentina exporta un 20% de su producción, o el equivalente a 400.000 barriles al día, de los cuales, 152.000 corresponden a Repsol.
Según un análisis de Goldman Sachs, el escenario más negativo posible para Repsol en Argentina (subida de tasas a la exportación, límites internos a los precios de los carburantes y congelación de los precios del gas) sólo tendría un impacto del 3% en su beneficio neto de explotación, previsto para 2005 en unos 3.850 millones de euros.
Por otro lado, el Gobierno boliviano ha firmado con el de Perú un acuerdo económico común, que incluye una vía de salida al Pacífico del gas boliviano y la construcción de una planta de licuefacción de gas natural destinado a la venta en Estados Unidos y México. Este proyecto solucionaría el problema de acceso al Pacífico que tiene Bolivia, pero es más caro que la ruta chilena.