El test al inversor
El grado de aversión al riesgo es uno de los aspectos más importantes cara a elaborar la cartera de inversión de las personas que acuden a Safei, señala Covadonga García-Solana, asesora financiera y responsable de equipo de la citada sociedad especializada en la gestión y asesoría de inversiones. García-Solana subraya que ese trato personalizado es una de las características que marca la diferencia entre compañías como Safei y la gran banca, que trabaja más enfocada al producto que al inversor. 'Nuestras claves son sus necesidades; cada persona es un mundo', subraya.
Y, aunque no se fija un mínimo, en la práctica las personas que son asesoradas por Safei disponen de un patrimonio superior a los 125.000 euros para destinar a renta variable, derivados, fondos...
¿Y cómo se elabora el perfil de un inversor? El test aplicado por Safei para fijar cuál es la cartera de inversión ideal para una determinada persona es exhaustivo. Por un lado, se analiza si el inversor tiene o no personas que dependan económicamente de él y qué porcentaje de sus ingresos mensuales tiene que destinar a préstamos o deudas. Otros aspectos que ponderan son la fuente de ingresos (regulares, irregulares o si cuenta con rentas por capitales o patrimonio) y el porcentaje de sus ahorros que va a destinar a esa inversión.
Ahora los inversores son más jóvenes. Comienzan a operar a los 35 años
No obstante, como señala Jorge Giménez, también asesor financiero de Safei, siempre se evitan los riesgos muy elevados y, por ejemplo, productos como la deuda de los países emergentes no llegan nunca a superar el 8% o el 10% del capital invertido, pese a que puedan ofrecer elevadas rentabilidades.
La edad del inversor, que es otro de los aspectos para establecer las características de la cartera más apropiada, se está modificando desde los últimos años. En este sentido, Covadonga García-Solana destaca que la edad media hace pocos años estaba entre los 50 y los 60 años, mientras que ahora, 'tal vez sea por las peores expectativas de ingresos después de la jubilación', ya es común personas de unos 35 años que invierten a través de sociedades como la nuestra'.
También los criterios y objetivos de la inversión forman parte del test. Así, se chequea si la persona que invierte quiere 'conservar en todo momento el capital inicial' o si prefiere 'conseguir una rentabilidad de la inversión razonable, aunque implique afrontar de forma temporal pérdidas limitadas'. Y otra posibilidad, más valiente, es optar por 'aprovechar situaciones bursátiles favorables para obtener la máxima rentabilidad', pero 'aceptando la posibilidad de depreciaciones temporales importantes en el capital inicialmente invertido'.
Después de la decisión del cliente, que puede irse adaptando a cambios de criterios, las relaciones con los asesores son continuas. 'Casi siempre es mensual', indica Jorge Giménez. Y los asesores, a su vez, se reúnen continuamente con analistas y otros expertos. Y es que en esta actividad la información es clave para orientar.
Formación paso a paso de los asesores
Las normas internas de Safei obligan a superar diversos cursos, que pueden ser de integración o de perfeccionamiento, a cada paso que los asesores de la firma dan dentro de su estructura. Y cuando se llega al nivel de jefe de equipo se puede acceder directamente al asesoramiento de inversores, aunque apoyado por un grupo de dos o tres personas, así como por el conjunto de la estructura de la compañía.La formación continuada conlleva asimismo la realización de cursos cada tres meses y, como señalan Covadonga García-Solana y Jorge Giménez, la realización de otros puntuales ya sean sobre fiscalidad, nuevos productos financieros, presupuestos del Estado u otras leyes.Y al final se puede llegar a gestor de banca privada (cinco o seis en Safei), que ya gestionan patrimonios superiores a 2,5 millones de euros, como las Sicav. Ellos son también los que se relacionan con los gestores de los fondos nacionales e internacionales.