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Competitividad

El Gobierno cambia el método para medir la competitividad

La Secretaría de Estado de Comercio ha puesto en marcha un nuevo índice, basado en la cuota de mercado en el exterior, para medir la competitividad de los productos españoles, relegando los tradicionales indicadores vía precios.

El Gobierno está decidido a analizar en profundidad la evolución de competitividad de los productos españoles, y una de las medidas que ha adoptado es la mejora de los indicadores de medición.

El Ministerio de Industria, del que depende la Secretaría de Estado de Comercio, acaba de elaborar un nuevo índice, basado en la evolución de las cuotas de mercado de cada país en el exterior, que pretende tomar el relevo a los indicadores de competitividad tradicionales, basados en los precios relativos de los productos. Industria seguirá publicando los tradicionales, pero dará más importancia al nuevo.

Según fuentes de Comercio, el indicador de productividad vía precios contiene importantes sesgos. El principal consiste en que no mide la mejora de la calidad en los productos, sólo su precio, con independencia de la transformación que hayan podido sufrir en un periodo corto de tiempo para adaptarse a las nuevas exigencias del mercado.

España sigue especializada en productos de escasa base tecnológica

Frente a ello, el análisis por cuota de mercado de las exportaciones sí recoge los cambios de calidad en los productos, y otras variables como el valor de la marca, por cuanto toma los datos una vez realizadas las compras por el consumidor.

El nuevo indicador, además, elimina del IPC los bienes no sujetos a la competencia, teniendo en cuenta sólo los precios de los productos que están vinculados al comercio internacional. Asimismo, es inmune a las presiones de la demanda interna, que desvirtúan muchas veces la evolución de los precios de los productos fuera de las fronteras.

Ahora bien, el análisis por cuotas de mercado en el exterior también tiene sus inconvenientes. Está condicionado a la evolución del tipo de cambio (el dólar es la divisa en la que se expresan los intercambios) y a la de los precios internacionales, especialmente, de la energía. Además, no tiene en cuenta lo que pasa en el interior del país con los productos del exterior que compran las familias. En una economía muy abierta como la española, la evolución de las importaciones es tan importante como la de las exportaciones.

Un vistazo a la cuota de mercado española en el exterior muestra que la competitividad no está deteriorándose tanto como pudiera pensarse observando sólo la evolución de los precios de los productos.

Comercio recalca, incluso, que la cuota de mercado española se ha elevado en los últimos años, alcanzando en 2003 el 3,68% del comercio total en la UE. Las principales ventajas comparativas de los bienes españoles se sitúan en los sectores de alimentos y el automóvil, aunque este último ha ido reduciéndose ligeramente. Por productos, los de mayor cuota de mercado en el exterior son las cerámicas, las frutas y hortalizas, el cemento, los componentes del automóvil y las bebidas. Pero hay un problema. En la mayor parte de ellos no se ha hecho uso de nuevas tecnologías. Los artículos con mayor intensidad tecnológica, que son los que tienen mayor futuro en el comercio mundial, están siendo fabricados por otros países de la UE, como Irlanda. Un matiz muy importante, que la Administración ha reconocido que debe corregirse.

China gana presencia en el mercado español

El enfoque sobre cuotas de mercado está incompleto si no se efectúa un análisis también de los proveedores del mercado español.Uno de los que más ha avanzado, ha sido, sin duda China. Aunque parte de pequeños niveles, las importaciones procedentes del país asiático han crecido espectacularmente en los últimos ejercicios. Su cuota de mercado en España ha pasado del 1,96% en 1996 al 3,63% en la actualidad, por encima de tradicionales socios comerciales como Portugal, prueba del impacto que está teniendo el modelo chino de bajos costes laborales.Con todo, Francia, Alemania e Italia siguen siendo los países de origen de la mayoría de las importaciones españolas. Un dato destacable es que Alemania ha sobrepasado a Francia por primera vez en 2003 como principal proveedor español, alcanzando una cuota del 16,34% del total de las compras españolas en el exterior. También es destacable la lenta pero continua caída de las cuotas de mercado en España de Reino Unido y EE UU. Unidos. Por otra parte, las compras a países de la ampliación al Este avanzan de forma significativa (un 22% en 2003), aunque siguen en niveles muy reducidos.

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