Pantallas gigantes cada vez más asequibles
Según la consultora GFK, en 2002 se vendieron 7.500 televisores de plasma en nuestro país. Un año después, con la llegada de los televisores delgados de cristal líquido (LCD), las ventas crecieron hasta los 85.000. Este año las cifra podría colocarse en las 350.000 o 400.000 unidades. Aproximadamente, el 10% del mercado total de televisores en nuestro país.
A pesar de esto el interés por los televisores delgados es muy superior. Cualquiera que preguntáramos cambiaría su viejo y enorme televisor de tubo de rayos catódicos por uno delgado de gran pantalla. Lo que sujeta al aficionado, hoy, sigue siendo el precio. Y eso que a lo largo de los últimos años el precio de los televisores delgados ha caído de forma exponencial.
Hace seis años, un TV de 42 pulgadas costaba el equivalente de 18.000 euros (3 millones de las antiguas pesetas). En 2000 el precio se había reducido a la mitad. Al final de 2002 ya se encontraban modelos por debajo de los 6.000 euros. A día de hoy algunas grandes superficies cuentan con ofertas en el entorno de los 3.000 euros. Son televisores de 42 pulgadas y definición convencional (WGA) construidos con paneles de bajo brillo y contraste que no aportan muchas prestaciones. Como es lógico, no se le puede pedir peras al olmo.
El hecho es que si buscamos un televisor de 50 pulgadas de alta definición que nos deslumbre por su brillo, resolución y contraste, hasta ahora sólo podíamos acudir a modelos de plasma de entre 8.000 y 9.000 euros.
La gran alternativa a estos precios todavía desorbitados, ha llegado con los nuevos retroproyectores de Sagem. El modelo Axium de 50 pulgadas ofrece unos valores de imagen tan brillantes, contrastados y definidos como los mejores televisores de tubo. En cuanto al fondo del nuevo modelo, mide 37 cm. Un poco más que los televisores delgados de plasma (suelen estar entre 10 y 20 cm). Y lo más sorprendente de todo, es el precio. De entrada, 3.900 euros. Menos de la mitad que los de plasma de sus mismas características.
Esta gran pantalla viene con un mueble y todas las prestaciones de los televisores de lujo (doble sintonizador, preparado para alta definición, tres euroconectores, siete entradas de vídeo, teletexto con memoria, etc.). Una auténtica sorpresa si tenemos en cuenta que esta nueva oferta ha partido de una compañía francesa especializada, hasta hace poco, en teléfonos móviles.