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Petróleo

El petróleo rompe el techo de los 40 dólares

El precio del crudo sigue disparado, y su amenaza sobre la recuperación persiste. Las fuertes presiones de la demanda, unidas al escaso margen de ampliación de la oferta, han situado el barril de brent en Londres al borde de su máximo, que sí se ha alcanzado en Nueva York. El Gobierno ruso anunció ayer un acuerdo con Yukos para que pague los 3.400 millones de dólares que le adeuda en un mes.

El barril de brent cerró ayer en Londres a 40,02 dólares, su precio máximo desde octubre de 1990 (antes de la primera guerra del Golfo, cuando alcanzó 40,95 dólares). Donde sí se llegó al récord ayer fue en Nueva York, al llegar el barril a los 43,50 dólares en la apertura de la sesión.

El miércoles hubo otra fuerte subida, a raíz del anuncio hecho por la petrolera rusa Yukos, productora del 2% del crudo mundial, de que el Gobierno le impediría continuar sus exportaciones, al prohibirle la enajenación de activos por un delito de fraude fiscal. Sin embargo, el desmentido realizado el jueves por el Ministerio de Justicia, al aclarar que sólo se referían a bienes inmuebles, dio un respiro al mercado, que apenas ha durado 24 horas.

La explicación de la tendencia alcista de los precios sigue estando en la coincidencia de una demanda mundial creciente (capitaneada por economías como la de China) con una oferta sin margen de maniobra. La OPEP está extrayendo petróleo al 95% de su capacidad, algo no visto desde hace 25 años. Xavier Denecker, director general de Coface, ve la escalada de precios como 'una consecuencia de la bonanza de la economía mundial, que crece cerca del 5%'.

Los precios se disparan por la pujanza de la demanda mundial

Rusia, país que produce el 20% del crudo del planeta y que no es miembro de la OPEP, tiene capacidad extractiva para aumentar su producción, pero, según Zslot Papp, analista de ABN AMRO, se encuentra al 90% de su capacidad exportadora, lo que tampoco es una buena noticia para el abastecimiento mundial en caso de repuntes de la demanda.

La agencia estatal de noticias rusa Itar-Tass publicó ayer que el Ministerio de Justicia había alcanzado un acuerdo con el vicepresidente de Yukos, Frank Rieger, por el que ésta 'haría lo posible' para pagar los 3.400 millones de dólares adeudados en el próximo mes. Hasta ahora, Yukos ha hecho frente al 20% de la deuda por la evasión fiscal de 2000, por la que ya fue condenada. Sobre la compañía pesa también un proceso similar por evasión en 2001, y amenazas de abrirlo por 2002 y 2003. El que ex presidente de Yukos, Mijaíl Jodorkovsky, compareció de nuevo ayer ante un tribunal de Moscú por supuestos delitos de fraude y evasión fiscal, que también afectan al ex accionista Platon Lebedev.

Yukos y el Kremlin siguen jugando cartas

El acuerdo anunciado ayer por el Gobierno ruso sobre el pago de la deuda de Yukos no ha sido bien visto por los mercados. Lejos de percibirlo como una vía de solución positiva para el conflicto, los inversores parecen apuntar a una medida de presión del Gobierno ruso, que podría llegar a forzar la venta de la mayor parte de la empresa. Zslot Papp cree que, de momento, Yukos no podrá pagar mucho más de los 1.800 millones de dólares que tiene en liquidez. 'Otra cosa será que cambien las condiciones judiciales que le impiden disponer de sus activos inmuebles'. Papp estima que el Kremlin se reservará la carta última de vender Yuganskneftegas, la filial de Yukos que aporta el 60% de su producción. 'Esa posibilidad no significaría la bancarrota de Yukos, pero pasaría a ser una pequeña empresa, sin el poder del gigante actual'.

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