El British cambia la vida a Todd Hamilton

Nadie reconoció a Todd Hamilton, el reciente campeón del British Open, el pasado miércoles en un hotel de Manhattan. Ni un autógrafo, ni una sonrisa, nada de nada. Sólo los responsables de seguridad mostraban cierta inquietud por el contenido de una maleta que acompañaba a tan ilustre y desconocido huésped, que contenía la jarra de plata que ganó al derrotar a Ernie Els en el playoff.

'Mi familia está contenta de que regrese a casa. Tengo ganas de mostrar el trofeo a mis amigos', explicaba el golfista residente en Texas, que ha visto cómo su vida cambiaba de un modo radical. 'Ya no soy dueño de mi tiempo', reconocía.

A Todd Hamilton la fama le ha llegado a los 38 años. Un golfista que recorría Asia con la bolsa de palos colgada al hombro. Pero su fortuna ha ido más allá de lo que podía esperar. Ganar el British Open le otorga una exención de cinco años en el PGA Tour. Ocupa el puesto decimoquinto de la clasificación por puntos del equipo estadounidense que en septiembre luchará por recuperar la Ryder Cup. De repente se le han abierto las puertas de los grandes -el mes próximo jugará el US PGA-, además de tener asegurada una plaza en los multimillonarios torneos de los World Golf Championships, jugar The Tour Championship y el Mercedes Championship. Torneos en los que no hay que preocuparse por el corte, que no existe, sino en jugar bien para conseguir el mayor cheque posible.

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Todd Hamilton está a un paso de convertirse en el rookie del año del circuito americano. Si hace unos meses tenía miedo de no poder jugar en EE UU -lo había intentado siete veces-, ve cómo su horizonte se ha ampliado. Tanto que no sabe qué compromiso tendrá que atender mañana cuando su manager de IMG le llame y le diga cuál es su agenda. Se pone serio, frunce el ceño y pregunta: '¿Cuándo podré volver a practicar?', un interrogante sin respuesta, ahora son tiempos de popularizar su imagen.