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El Estadio de La Cartuja busca una empresa que lo saque del letargo

El Estadio de La Cartuja de Sevilla (conocido como Estadio

Olímpico, aunque nunca ha acogido unos Juegos) busca a una empresa privada que lo saque de la inactividad casi permanente que sufre desde su inauguración en 1999. Ese año acogió el acontecimiento deportivo más importante de su historia: el Campeonato de Europa de Atletismo. Desde entonces, el recinto ha abierto sus puertas de media una vez cada siete días, es decir, ha estado vacío 313 días al año. El estadio es propiedad de las Administraciones a través de la Sociedad Estadio Olímpico. Sus principales

accionistas son la Junta de Andalucía (30%), el Ayuntamiento de Sevilla (17%), la Diputación Provincial (15%) y la sociedad estatal Infhesa (30%). Las elecciones del pasado 14 de marzo en Andalucía y España supusieron la renovación de la mayoría del consejo de administración. La auditoría encargada a KPMG y analizada en la primera reunión del nuevo consejo hace dos semanas arroja una conclusión clara: con tal inactividad, la viabilidad económica futura del estadio es incierta.

El coliseo ha costado 144 millones de euros, frente a los 48 previstos, y desde su inauguración en 1999 ha estado cerrado 313 días al año de media

Por eso los nuevos responsables han decidido buscar de aquí a final de año a una empresa internacional de reconocido prestigio para que elabore un plan de viabilidad. El objetivo es que en el primer semestre de 2005 la empresa elegida esté ya administrando el día a día del estadio, aunque la propiedad permanezca en manos públicas. Se baraja la fórmula de una concesión plurianual, según el presidente de la Sociedad Estadio Olímpico, Manuel Jiménez Barrios.

¢Lo que le vamos a pedir a esa empresa, y ya hemos contactado con tres o cuatro multinacionales, es que ponga en valor el estadio dándole un uso permanente, preferentemente con actividades deportivas, y con el objetivo de que los gastos financieros y de explotación queden cubiertos¢, asegura Jiménez. ¢Es muy difícil que el estadio sea rentable económicamente, pero al menos que lo sea social y deportivamente¢, explica Francisco Manuel Silva, concejal de Deportes del ayuntamiento hispalense.

Los datos aportados por KPMG son elocuentes. El estadio de La Cartuja ha costado ya a las arcas públicas, incluyendo amortizaciones y gastos financieros, 144 millones de euros (frente a los 48 previstos) y tiene un déficit de financiación de 3,4 millones. Tras cuatro años de explotación, la sociedad ha perdido 960.000 euros. Además, en esos 144 millones se incluyen cuatro que aún se le adeudan a la empresa constructora ACS y que se terminarán de pagar en 2008. Por ley, esta sociedad no puede recibir subvenciones y tampoco ampliar capital hasta junio de 2006.

Los auditores califican el presupuesto para 2004 de ¢idílico¢, porque no prevé pérdidas. Y apuntan a la actividad inmobiliaria (alquiler de dos de las cuatro torres del recinto aún sin uso) como la principal fuente de

ingresos para pagar los gastos de explotación.

La tarea de la empresa gestora será llenar de público los 65.000 asientos del estadio con actividades deportivas, culturales o empresariales. Y no sólo con trofeos de fútbol de tercera división o con la asamblea anual de los Testigos de Jehová celebrada el pasado fin de semana.

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