La mirada crítica de Michael Moore
La pregunta que muchos se hacen es si el documental de Michael Moore conseguirá agitar las conciencias de los estadounidenses. Fahrenheit 9/11 toma como punto de partida la controvertida elección de George W. Bush en el año 2000 para seguir su ascenso de petrolero tejano a presidente de Estados Unidos y describir las relaciones de negocios entre su padre y la familia de Bin Laden, poniendo de relieve que el poder y la riqueza del enemigo número uno de los estadounidenses han aumentado gracias a este vínculo. También indaga sobre lo sucedido en EE UU después del 11 S y cómo la Administración Bush utilizó el ataque a las Torres Gemelas para su propio beneficio político.
La película consiguió la Palma de Oro en el Festival de Cannes. 'Has recibido el premio porque has hecho una gran película', confesó el presidente del jurado, Quentin Tarantino, a Moore.
El cineasta ha devuelto el género documental su papel en el cine. En 2002, Bowling for Columbine, sobre la matanza de estudiantes ocurrida en la escuela de Columbine (Colorado) y la facilidad con la que una persona puede comprar un arma en Estados Unidos, obtuvo, entre otros premios, el Oscar a la Mejor Película Documental. Fahrenheit 9/11 lleva camino de convertirse en el documental de mayor recaudación en la historia de EE UU, logrando liderar la taquilla los tres primeros días de exhibición, 21,8 millones de dólares recaudados en 868 salas.
Divertir y provocar
Fahrenheit 9/11 surgió de una pregunta: ¿por qué horas después de los atentados del 11 de septiembre la Casa Blanca autorizó algunos vuelos para la familia de Bin Laden? Michael Moore leyó este párrafo en el New Yorker, y decidió indagar. Como ya hiciera en Bowling for Columbine, el escritor y director habla del miedo, en esta ocasión, del colectivo, de la histeria de masas que el poder logra crear para distraer a la opinión pública de los verdaderos problemas.
El documental contiene elementos nuevos, extractos inéditos, revelaciones y temas de los que nunca se ha hablado. 'Los espectadores estadounidenses se van a dar cuenta de las mentiras que les han contado', dice Moore. Los más conservadores le acusan de manipulador y el controvertido director asegura estar dispuesto a colgar sus pruebas en Internet.
Moore ha hecho su película desde la ironía, porque sostiene que hay que reír sobre todo en los momentos difíciles. 'En esta ocasión yo he representado el papel serio y Bush ha sido el personaje cómico'.