París vuelve a irse en verano a la playa
La apuesta del alcalde socialista de París, Bertrand Delanoë, que hace dos años trajo por primera vez la playa a la capital gala, se ha convertido en una verdadera institución. La ciudad añade así un placer más al turista y un original remedio a quienes no puedan disfrutar en verano de vacaciones.
La habitual efervescencia cultural y lúdica de París mejora aún más con esta iniciativa, convertida en entretenimiento estival ineludible tras los tres millones de visitas que recibió la edición del año pasado. Las orillas del Sena, ya cerradas al tráfico en un tramo de tres kilómetros, acogen a partir de hoy y hasta el 20 de agosto a quienes quieran escaparse del estrés urbano. Tres playas armadas de vaporizadores refrescarán el ánimo de los transeúntes, que podrán disfrutar de la vista del imponente marco desde sus tumbonas.
Y, además de playa, deporte y relajación. La arena se extenderá hasta la Plaza del Ayuntamiento, donde se podrá jugar al voley playa y al bádminton. El programa también incluye petanca, escalada y patinaje.
Sin embargo, a la exitosa iniciativa le faltaba el agua para que, con un poco de imaginación, uno se crea en la playa, más aún después de la canícula del año pasado. Las corrientes y el continuo flujo de barcos que circulan por el Sena no permiten el baño desde los años 30, así que esta vez la solución también será artificial. Una piscina de 220 metros cuadrados, instalada entre el Pont Marie y el Pont Sully, abrirá por primera vez, en espera de la conclusión de un megaproyecto que prevé la construcción de una verdadera piscina flotante, en el año 2006.
La idea también incluye alquiler de libros de bolsillo y conciertos de música, un ingrediente de vuelta este año tras la parálisis de varios eventos musicales el pasado verano, debido al conflicto que enfrentó a artistas independientes y al Gobierno por los recortes del seguro del paro. Así, cada viernes y sábado por la noche grupos independientes darán conciertos gratuitos.
En esta edición, al igual que en la del pasado año, empresas como EDF, La Fnac o Lafarge asumirán más de la mitad del coste de la iniciativa, cerca de dos millones de euros.
Se ha instalado una piscina de 220 metros entre el Pont Marie y el Pont Sully
Sol y arena en otras capitales europeas
La playa urbana parisiense ha prendido en Europa. La idea de relajación y la posibilidad de abrir un paréntesis en medio de la vorágine urbana empieza a extenderse por las capitales europeas, que poco a poco se apuntan al evento lanzado por París. Berlín es una de ellas. Si bien la iniciativa es totalmente privada, a diferencia de Francia, el concepto es el mismo. 'Se trata de toda una lógica de rehabitar la ciudad', explican los sociólogos. La iniciativa alemana ha previsto la apertura de cafeterías y terrazas donde descansar tomando una cerveza, como si de chiringuito de playa de tratase. Budapest y Bruselas han seguido sus pasos. También privada iba a ser la playa al borde del Támesis, en Londres, idea del cantante de rock Bob Geldof y orquestado por la agencia de publicidad que preside. El temor a los atascos, como ocurrió en la primera edición de Playa-París, hizo abandonar el proyecto. Donde sí ha hecho escuela ha sido en el resto del país galo. En total, 21 ciudades de norte a sur se han unido a la idea, que permitirá al menos imaginar unas vacaciones a los casi 10 millones de franceses privados de ellas cada año.