Solbes propone reformas graduales que eviten el aumento de horas trabajadas
El vicepresidente económico propone una reforma laboral gradual que ponga fin al sistema de grandes acuerdos plurianuales. Pedro Solbes rechaza la ampliación de la jornada de trabajo como se está proponiendo en Alemania y exige aumentos de la productividad para atajar las deslocalizaciones.
El Gobierno va a proponer a sindicatos y patronal reformas laborales continuas, con carácter anual, que adapten el mercado a las nuevas necesidades de flexibilidad. Para ello cuenta con la buena disposición de los agentes sociales.
'Es una buena idea ir a una revisión permanente del sistema laboral; mucho mejor que ahondar en la idea de grandes reformas cada cierto tiempo. España está ya madura para no tener que ir dando giros radicales en la política económica', dijo ayer el vicepresidente económico, Pedro Solbes, en un foro organizado por la Confederación Española de Directivos y Ejecutivos (CEDE).
Las palabras de Solbes, fueron pronunciadas tan sólo un día antes de que hoy se constituya la Comisión de Seguimiento y Evaluación para el Diálogo Social, contemplada en la declaración firmada el pasado 8 de julio por el presidente del Gobierno y los líderes de los agentes sociales (CC OO, UGT y CEOE). El 'procedimiento de ensayo y error' es concebido como positivo por miembros del Ejecutivo, incluido el ministro de Trabajo, Jesús Caldera.
El ministro de Economía da por concluida la época de los grandes pactos multidisciplinares
En cuanto al contenido de las reformas, aunque hay un amplio abanico de asuntos a tratar (entre ellos el aumento de la movilidad geográfica de los trabajadores), Solbes recalcó ayer que no tiene por qué buscarse una ampliación de la semana laboral como se está planteando en Francia o en algunas empresas en Alemania.
De hecho, descartó que medidas como ésta se puedan extender a otros países comunitarios como España. 'Cada país es distinto. Alemania tiene sus propios problemas derivados de la reunificación, de su costoso Estado del Bienestar y de los escasos beneficios que han sacado del recorte de tipos de interés con la adopción del euro, dado que en ese país ya estaban bajos', comentó.
El vicepresidente y ministro de Economía insistió en que la mejora de la productividad, en la que debe esforzarse la economía española, no se encuentra en trabajar un mayor número de horas (como se hace en EE UU) sino en sacar mejor provecho a las que se trabaja y en ligar los salarios a la competitividad de cada empresa, 'de forma que si se decide trabajar menos no se puede pedir cobrar lo mismo'.
Para todo ello, recalcó que es necesario esfuerzos en varias direcciones como una mayor inversión tecnológica, tanto pública (irá incluida en los próximos Presupuestos del Estado) como privada, y una mejor formación del capital humano. Lo demás pasa por mantener la estabilidad presupuestaria e ir reduciendo la carga de la deuda pública.
Solbes insiste en que sólo con un entorno estable las empresas pueden tomar las decisiones correctas en el momento adecuado.
El diferencial de IPC sigue pendiente
El vicepresidente económico reconoció que la economía española tendrá un grave problema en breve si mantiene por mucho tiempo el diferencial de precios con la UE (en torno a un punto) sin mejoras en la productividad a cambio. La reducción del diferencial es, por tanto, una de las prioridades del Gobierno, que, no obstante, Solbes cree que 'debe ser compartida por el sector privado'. La especialización en productos de mayor valor añadido es uno de los objetivos a perseguir por las empresas y que ayudarían a luchar contra la deslocalización hacia países con costes laborales más bajos. Solbes aplaudió ayer la intención de la Comisión Europea de retirar las ayudas a las empresas que decidan llevarse parte de sus fábricas a otros países, en búsqueda de menores costes laborales, habiéndose beneficiado primero de las ayudas estatales.Con todo, el vicepresidente lanzó una llamada a los empresarios españoles para que aprovechen los nuevos mercados abiertos con la ampliación al Este. Un área, con un gran potencial de crecimiento y en donde la inversión española apenas supone el 1% de la recibida.