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Banca

Las cajas y los bancos regionales de Alemania luchan por evitar una crisis

Las cajas alemanas, junto con los bancos regionales del país, luchan por alejar el peligro de crisis. Dentro de un año se quedarán sin el aval del Estado, lo que provocará una fuerte caída en sus calificaciones de riesgo y les pondrá en serias dificultades para captar fondos en el mercado. Los bancos son los más afectados.

Exactamente en un año, a mediados de julio de 2005, el sistema financiero alemán vivirá la 'revolución' más importante de las últimas décadas. Las garantías estatales de las que disfrutan las cajas de ahorros y los bancos regionales germanos desaparecerán definitivamente en virtud de una sentencia comunitaria de 2001 y estas entidades tendrán que caminar sin el apoyo del Estado.

Los bancos públicos se enfrentan a una disminución de su rating que podría encarecer sus costes de refinanciación en los mercados de capitales. El quinto banco germano, WestLB, sería uno de los más afectados. Mientras, las cajas aseguran que la medida no les perjudicará. Aunque algunos expertos, como Achim Tiffe, del Instituto para los Servicios Financieros (IFF) de Hamburgo, apuntan que el impacto aún no está claro y recuerdan que muchas de ellas financian directamente a los bancos regionales.

El presidente de la Federación Alemana de Cajas de Ahorro e Institutos de Giro (DSGV), Dietrich Hoppenstedt, afirmó recientemente que las cajas y los bancos regionales 'están en condiciones de garantizar la estabilidad' cuando desaparezca el apoyo estatal. Estas entidades han tenido además casi cuatro años para hacerse a la idea y, en previsión, han aumentado ya en un 50% hasta los 4.200 millones el fondo común de garantía. Y se han comprometido a perfeccionar el 'sistema de alarma temprana' para detectar riesgos.

Las entidades han elevado un 50% el fondo común de garantía

Las cajas, asimismo, se han propuesto alcanzar a medio plazo una rentabilidad sobre recursos propios (ROE) de, al menos, el 15% antes de impuestos y alcanzar una relación entre gastos e ingresos inferior al 60%.

Según Sven Matthiesen, experto de la DSGV, las cajas no están afectadas directamente por la desaparición de las garantías porque su principal fuente de financiación son los depósitos de clientes privados. Además, sólo unas pocas cajas realizan emisiones de deuda, por lo que el efecto de una bajada en el rating sería escaso.

Otra historia son los bancos regionales, de titularidad pública. 'En este caso, hay que contar con un impacto sobre los costes de refinanciación', dijo Matthiesen. Estas entidades se refinancian mediante emisiones de deuda en el mercado de capitales y un empeoramiento de su rating puede suponer un serio problema a la hora de intentar atraer a inversores institucionales que apuestan por las entidades mejor calificadas. Hasta ahora, las garantías estatales -que se crearon para evitar el hipotético caso de una quiebra- han propiciado automáticamente calificaciones más altas.

La agencia de rating Standard & Poors, por ejemplo, ha estudiado el caso de el banco regional de los estados federados de Hesse y Thüringen (Helaba) y de WestLB. Sin aval estatal, el rating del primero descendería de 'AA+' a 'A' y el de WestLB de 'A-1+' a 'BBB+', opina S&P.

La diferencia del modelo español

Las cajas españolas nunca se verán en un problema similar al de sus homólogas alemanas. Ni son públicas, ni disfrutan de garantía estatal. Son fundaciones de naturaleza privada, que actúan bajo criterios de mercado y tienen una finalidad social ya que parte de su beneficio lo destinan a obra social. En las dos últimas décadas han ido ganando terreno a los bancos y ya suponen el 50% del sistema financiero.Mientras, las 489 cajas germanas forman un grupo financiero con aval público junto a once bancos regionales y 37 aseguradoras públicas. Son uno de los pilares del sistema, junto con los bancos privados y las cooperativas de crédito. Cuentan con 50 millones de clientes y un volumen de activos de 3,3 billones de euros. Los bancos regionales, entidades que no tienen un equivalente en el sistema español, funcionan como bancos centrales de las cajas: asumen operaciones y servicios de las cajas que éstas no pueden gestionar, como, en algunos casos, la compraventa de acciones. Los clientes directos de los bancos regionales suelen ser grandes empresas y no clientes privados.

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