Equus 200, la nueva y moderna cara de Extremadura
Aunque históricamente Extremadura siempre ha sido tierra de vinos, su imagen ha estado lastrada por los rudos y ancestrales vinos de pitarra. Pero también a ésta zona vinícola ha llegado la modernidad, en buena medida por el impulso del Consejo Regulador de la DO Ribera del Guadiana, que ha apostado por la calidad en detrimento de la cantidad.
En este cambio de miras ha sido significativa la introducción de variedades foráneas (cabernet sauvignon, merlot, syrah), que junto a la ya establecida tempranillo y otras cepas autóctonas, configuran el perfil actual de los nuevos vinos de la región.
Estos argumentos se manejan desde Viña Santamarina, una bodega creada hace cinco años por dos nombres vinculados al mundo del vino: Álvaro Alvear y Yolanda Piñero, impulsora ésta última del Consejo Regulador.
De momento la bodega comercializa sus vinos con el marchamo de Vinos de la Tierra de Extremadura, paso administrativo previo a la pertenencia a la DO.
Levantada a 8 km de la capital, Mérida, sobre un edificio que asemeja un típico cortijo extremeño, se rodea de 58 hectáreas de viñedo en las que se cultivan tempranillo, graciano, cabernet sauvignon, merlot y otras uvas tintas y blancas, como la local montúa, casi desaparecida. El Equus es su elaboración más significativa.
Este 2001 se elabora con un 85% de cepas viejas de tempranillo, 10% de cabernet sauvignon y 5% de syrah, variedades todas ellas vinificadas y envejecidas por separado. Un tinto de media crianza que ha pasado tres meses en barricas de roble francés y americano, y 12 meses en botella. De color cereza oscuro, posee limpios aromas a frutas roja y negra algo madura (moras, ciruelas, frambuesas). Tiene un agradable paso de boca, fresco y sabroso, con tonos especiados y ahumados de la madera. Un vino equilibrado, fácil de beber, y con un precio muy adecuado: 3,25 euros.