Schröder rechaza la presión para elevar la jornada
El Gobierno criticó ayer el debate sobre la prolongación de la semana laboral avivado en las últimas semanas en Alemania y reiteró su rechazo a las propuestas lanzadas por la prensa y los expertos de regresar a las cuarenta horas semanales en los sectores donde se trabaja menos.
Fijar ideológicamente un número de horas de la semana laboral no hace justicia a la situación económica y de política salarial, señaló ayer en Berlín el viceportavoz del Gobierno, Thomas Steg. 'Cualquier fijación (de un número determinado de horas) conduce a error', advirtió Steg, quien recordó que en Alemania existen cláusulas salariales que permiten soluciones particulares en cada empresa, según sus necesidades.
En Alemania, la semana laboral es más larga en los estados federados que conformaban el antiguo territorio germano-oriental que en el resto, pero en las últimas semanas se ha avivado el debate sobre la necesidad de trabajar más también en el oeste.
Desde el ámbito financiero se ha especulado incluso con la posibilidad de una semana laboral de cincuenta horas.
Con el título de 'Por qué los alemanes tienen que volver a trabajar más', el semanario Der Spiegel opinaba en su penúltima edición que Alemania debe despedirse de la semana de 35 horas que ya se implantó en algunos sectores para salir del estancamiento económico.
Respecto a esas y otras propuestas del mismo estilo, Steg manifestó que tenemos un aumento descontrolado de reclamaciones cada vez más absurdas. Una portavoz del Ministerio de Economía y Trabajo consideró que, a pesar de ello, cualquier discusión sobre cómo crear más empleo es buena.
Precios estables
El IPC de Alemania no experimentó variación alguna en junio, pero se incrementó un 1,7% en junio en tasa interanual, una décima menos que la cifra provisional, debido a un efecto estadístico que ha logrado paliar la influencia del elevado precio del petróleo.