'Europa puede quedarse a la zaga en biotecnología'
Ernesto Bertarelli, presidente de Serono, ha estado en Madrid para inaugurar la producción de fármacos biotecnológicos para la infertilidad. Después del acto, nos ofreció su valoración del mercado biotecnológico y de la situación de la compañía que preside. A su entender, la sofisticación del mercado estadounidense y la vehemencia de los nuevos mercados de los países en vías de desarrollo ha acabado poniendo a Europa 'entre la espada y la pared'. Al continente le conviene despertar.
Pregunta. Serono es una de las compañías mejor situadas en términos de solvencia económica dentro de las biotecnológicas. Dado que la estrategia de inversión en I+D es similar en el sector, ¿qué explica su ventaja competitiva?
Respuesta. Hay dos factores fundamentales: tamaño y madurez. Contar con varios productos nos permite seguir invirtiendo en investigación básica. En cuanto a la madurez, para que una biotecnológica tenga éxito debe apoyarse en la investigación básica para aportar algo nuevo, producirlo y venderlo, obteniendo beneficios que permitan comenzar el ciclo de nuevo. Serono ha completado el proceso en Infertilidad, Neurología, Endocrinología y Metabolismo y, ahora, en Dermatología.
P. ¿Cómo se percibe el mercado mundial de la biotecnología desde una compañía con sede en Europa?
R. Serono es un actor muy importante en Europa, en la promoción de la Biotecnología y de la industria asociada a ella. A mi modo de ver, nuestra industria no es tan competitiva como la de otros lugares del mundo. Yo abogo activamente -y puede decirse que soy un activista en ese sentido- por la colaboración entre la industria, las autoridades, los médicos y los pacientes. Esa colaboración es necesaria para que, como continente, seamos tan competitivos como lo es ahora Estados Unidos, que cuenta con un mercado, una industria y un sistema regulador altamente sofisticados.
P. ¿En qué situación deja eso a Europa?
R. En el resto del mundo hay un deseo vehemente de adquirir tecnología, de emplear la ventaja competitiva que proporcionan los precios y de aprovechar el talento intelectual. Ahora mismo, en la India hay mayor producción de ingeniería que en Estados Unidos. En este sentido, hay países en vías de desarrollo que están deseando aprovechar su base económica e intelectual y su necesidad fundamental de productos y de crecimiento económico, junto con su juventud en términos de procesos democráticos y reguladores para competir con los europeos y los americanos.
De esa forma, cuando se trata de Biotecnología, Europa está entre la espada y la pared: hay que competir con un mercado extremadamente sofisticado y competitivo y, en el otro extremo, con un grupo de países en desarrollo más agresivos y con hambre de mercado, lo que les dota de gran impulso y dinamismo.
P. ¿A qué atribuye la falta de respuesta por parte del Viejo Continente?
R. En Europa hay una tensión no resuelta entre la soberanía nacional y la dinámica de un mercado abierto en el continente. Se trata de ambiciones políticas conflictivas. Además, en materia de atención sanitaria ese conflicto es especialmente exacerbado. De hecho, en otras industrias se han conseguido progresos tremendos en cuanto a creación de un mercado europeo real.
Mientras sigamos debatiéndonos en esa lucha en lugar de aportar una solución, seguiremos a la zaga.
En materia de biotecnología, el Viejo Continente compite con el sofisticado mercado estadounidense y con los países en vías de desarrollo, ávidos de mercado, que han encontrado fórmulas para ser más competitivos.
Orgullo de los avances para paliar la Psoriasis
Bertarelli se muestra orgulloso de los logros obtenidos por la multinacional biotecnológica suiza en sus 22 años de implantación en España. Con el lanzamiento del medicamento Raptiva, un tratamiento biológico para la psoriasis, Serono entra pisando fuerte en el área de Dermatología. Al ser preguntado por el motivo que invitó a pensar en esta patología como una posibilidad interesante para el desarrollo de nuevos medicamentos, indica que 'en todo el mundo, se calcula que el dos por ciento de la población padecerá la enfermedad en un momento dado'. En este sentido, Bertarelli añade que 'no obstante, a nosotros nos interesaba el 20 por ciento de quienes padecen psoriasis con la forma severa, que tienen serias dificultades para llevar una vida laboral y social normales, y era una población de pacientes cuyas necesidades clínicas no podían ser atendidas'.