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CincoSentidos

Un Maserati con diseño español

Inspirado en el Ferrari Enzo, el Maserati MC 12, presentado en el pasado Salón del Automóvil de Ginebra como concept car, es un biplaza con techo eléctrico escamoteable, con características propias de uno de esos modelos que se baten en las carreras de resistencia. De hecho, derivado de él habrá una variante que tomará parte en el campeonato GT Supercar de la Federación Internacional, lo que de paso supone la vuelta de la firma del tridente a los circuitos después de más de 30 años de ausencia.

El MC 12 es obra de Frank Stephenson, malagueño de 44 años, hijo de alemán y española, considerado uno de los diseñadores de automóviles más respetados del mundo. Stephenson trabajó en BMW, donde diseñó el actual Mini y el X5. Fue fichado por Luca de Montesemolo, ex presidente de Ferrari y ahora del grupo Fiat, como jefe de diseño de las dos marcas, Ferrari y Maserati, que tienen gran tradición en este campo.

El modelo de calle sólo estará disponible con la clásica combinación Maserati de colores blanco y azul. En cuanto al minúsculo habitáculo, parece directamente extraído del mundo de la competición, aunque disfruta de algún que otro extra de confort, como por ejemplo sus asientos tipo bácquet -sujetan el cuerpo como si fuesen guantes- forrados en cuero -de nuevo, presenta una descarada tonalidad azul, e implican cinturones de seguridad de carreras-.

Por su parte, el volante de este modelo, muy pequeño, presenta una posición bastante vertical, acorde con la bajísima posición de conducción del vehículo.

El coche pesa 1.335 kilos en orden de marcha. Aunque pueda parecer lo contrario, es una cota muy reducida en esta clase de automóvil, y responde a la aplicación de aleaciones ligeras y materiales de alta tecnología, que además garantizan la necesaria rigidez estructural.

Toda la carrocería es de fibra de carbono, mientras que el bastidor monocasco está fabricado en una aleación especial. Además, el MC 12 lleva un generoso depósito de gasolina, capacitado para 115 litros.

Gracias a su motor central y posterior de seis litros y 12 cilindros, con 630 CV de potencia y 232 kilos de peso, logra 330 km/h de velocidad máxima, además de una aceleración pura -desde parado, y hasta 100 km/h- propia de una motocicleta deportiva de gran cilindrada: 3,8 segundos.

Por su parte, la caja de cambios es de tipo automatizada, se denomina Cambiocorsa, como en los Maserati Coupé y Spyder, y lleva levas en el volante para la selección de marchas. Además, disfruta de un reparto de pesos que, sin ser ideal -59% y 41% para los ejes delantero y trasero respectivamente-, sí garantiza un comportamiento sano y hasta neutro. En este sentido, resulta decisivo su esquema de suspensiones, con paralelogramos delanteros y traseros, igual que en los coches de Fórmula 1.

Por cierto, el MC 12 monta unos gigantescos discos de frenos perforados, y llantas de aleación de 19 pulgadas, combinadas con gigantescas cubiertas. En suma, todo lo que se puede esperar de un vehículo de excepción, llamado a la colección de más de un acaudalado aficionado, que llega justo en un momento en el que el ciclo económico mundial para hacer florecer este tipo de criaturas. De momento, Maserati piensa producir medio centenar de unidades en dos años.

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