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Relaciones laborales

Relación industrial flexible contra la deslocalización

La reintroducción de la jornada laboral de 40 horas en dos fábricas del grupo Siemens para evitar el traslado de las plantas a Hungría ha provocado en Europa un intenso debate. Empresarios, expertos y sindicatos buscan soluciones a la deslocalización de empleos con propuestas que apuestan, sobre todo, por mayor flexibilidad: reducción de pagas extras, uso horario flexible, ampliación del tiempo de trabajo sin compensación en Alemania, ruptura de la bandera de la ley de las 35 horas en Francia, ... estas son las primeras fórmulas ensayadas.

Los 4.000 trabajadores de las fábricas de Siemens en las localidades alemanas de Bocholt y Kamp-Lintfort tuvieron pocas alternativas: o aceptaban una prolongación de la jornada laboral sin compensación económica o sus puestos de trabajo acabarían en Hungría. Alemania no puede competir con sus vecinos del este europeo donde los salarios llegan a ser hasta cinco veces inferiores y los impuestos mucho más bajos.

La decisión de Siemens podría ser imitada por otros grandes consorcios como Bosch, MAN o el fabricante de neumáticos Continental que estudian medidas similares. El economista y profesor de la Universidad de Würzburg, Peter Bofinger, cree, sin embargo, que el aumento de la jornada sin compensación 'actúa en la práctica como recorte de sueldo'.

Para el jefe de la patronal alemana del metal (Gesamtmetall), Martin Kannegiesser, la ampliación de la jornada es útil 'si se logran salvar empleos', pero la verdadera clave para competir en un mercado global 'es alcanzar soluciones individuales: flexibilidad'. Los sindicatos están de acuerdo: 'Estamos convencidos de que el futuro está en la flexibilización', dijo a este periódico Martina Helmerich, portavoz del poderoso sindicato IG Metall. 'Si se prolonga porque sí la jornada, los empresarios tampoco pueden reaccionar en periodos de menor demanda'.

El caso más emblemático es el grupo automovilístico BMW. La marca situó su nueva fábrica en Leipzig (este de Alemania) y no en la vecina República Checa, a sólo unos 150 kilómetros de distancia. Para ello, la dirección acordó con los sindicatos un sistema de turnos para optimizar la producción que sido un éxito. 'No se trata de cuánto tiempo está cada trabajador ante la máquina, sino de cuánto tiempo trabajan estas máquinas', dijo el director de la planta al diario Die Zeit.

Se ha hablado también de adaptar las vacaciones a las necesidades productivas 'por el interés de la competitividad', dijo le presidente de la Confederación de Cámaras, Martin Wansleben. Otras ideas apuntan hacia los salarios y la necesidad de que estén condicionados al resultado. Las plantas de Siemens en Bocholt y Kamp-Lintfort han acordado eliminar las pagas de Navidad y verano y sustituirlas por una extra que dependerá del resultado.

La excusa para enterrar la ley de 35 horas de Aubry

El ejemplo alemán ha servido al gobierno liberal francés para marcar el paso de su política laboral, hostil a la ley socialista que introdujo la jornada laboral de 35 horas hace cuatro años. Pese a la división interna de la derecha francesa, entre un ala más liberal que pretende eliminar la norma y una más moderada partidaria de flexibilizarla, existe un consenso al menos en un punto: el freno que ha supuesto al desarrollo económico y al empleo.El riesgo de ver desfilar a una empresa tras otra hacia el Este, con mano de obra más barata y menor coste social, ha abierto de nuevo la cuestión. El ministro de Economía, Nicolàs Sarkozy, volvió a emplear la semana pasada su tono de lucha para reclamar 'una profunda reforma' de la ley de 35 horas. El primer ministro Raffarin fue más lejos: 'Francia debe aumentar el tiempo de trabajo' para 'preservar el modelo social del que se enorgullece'.El fantasma de la deslocalización ha alcanzado hasta ahora a la alemana Bosch, situada en Lyon (sur de Francia). La compañía y dos sindicatos firmaron en junio un convenio para evitar el cierre y la deslocalización de la producción a Chequia, que prevé aumentar de 35 a 36 horas la jornada semanal sin modificación salarial, la supresión de seis días de las populares jornadas de descanso derivadas de la ley de Reducción del Tiempo de Trabajo, (RTT) de las 20 obtenidas con la ley de 35 horas, y la supresión de un festivo.El sindicato CGT asegura que 'se trata de un método calculado por la dirección de Bosch para imponer a los asalariados una renegociación de las 35 horas y un bloqueo de los salarios', según dijo en Le Monde.La empresa avícola Doux también ha sucumbido, y prevé la vuelta a una jornada laboral flexible entre 31 y 39 horas y la reducción de 13 a ocho los días RTT.

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