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Tribunales

Competencia juzgará a Bayer por el trato a una microempresa valenciana

La valenciana Cerafrut, que factura medio millón de euros, ha conseguido que una denuncia suya contra Bayer por no cederle el uso de un producto llegue al Tribunal de Defensa de la Competencia.

David contra Goliat. Esa es la imagen que proyecta el pleito entablado por la microempresa valenciana Cerafrut contra la multinacional química Bayer y que acaba de entrar en el registro del Tribunal de Defensa de la Competencia. Tras más de un año de trámites, Cerafrut ha conseguido que su caso haya pasado el filtro del Servicio de Defensa de la Competencia que, según la abogada que defiende los intereses de la empresa valenciana, ha visto indicios de delito y ha decidido elevar sus conclusiones al Tribunal para que haya juicio. Se trata de una primera victoria en esta extraña lucha entre una empresa en la que trabajan el fundador, su mujer y sus dos hijos contra el gigante alemán, con filiales en medio mundo y, seguramente, con un ejercito de asesores legales a su servicio.

El caso se remonta a hace más de un año, cuando Cerafrut, una empresa dedicada a la comercialización de productos químicos para la agricultura, decide sacar al mercado una cera para el tratamiento poscosecha de las frutas. A grandes rasgos, se trata de un producto que se aplica a las naranjas, por ejemplo, para que luzcan brillantes a la hora de llegar al mercado. La compañía desarrolló este nuevo producto propio que contenía tres activos químicos (componentes) que estaban patentados por terceras compañías. La práctica normal en estos casos consiste en pedir a los propietarios de la patente lo que se denomina 'carta de suministro' y que, en pocas palabras, permite el uso de los activos para elaborar el producto en cuestión. 'Cerafrut obtuvo la carta de suministro de dos de las empresas que tenían dos de las patentes, pero tropezó con un muro con Aventis, propietaria del tercero Aventis fue absorbida por Bayer a principios de 2001', explica Tomasa Cons, abogada de Cerafrut. Siempre según el relato de la parte denunciante, la empresa siguió dando largas a Cerafrut hasta que decidió presentar denuncia.

Si vendes a uno, vendes a todos

'Nos comentaban que no tenían ya la patente, que había caducado y varias excusas más pero, al final, durante el proceso de investigación descubrimos que se la estaban cediendo a otra empresa que es competencia de Cerafrut, lo cual fue la clave del proceso', explica Cons. 'Y es que la normativa marca que si cedes a una empresa la controvertida carta de suministro, tienes que cederla también a cualquiera otra que te la pida', señala la abogada de Cerafrut.

Esa distorsión de la posibilidad de competir en el mercado en igualdad de condiciones, en términos jurídicos: abuso de posición dominante, que según Cerafrut provocaba Bayer con su decisión es lo que les llevó al Servicio de Defensa de la Competencia. 'En caso de no haber observado indicios de delito, habría archivado el expediente, cosa que no ha ocurrido', explicaba ayer la abogada desde la puerta del Tribunal de Defensa de la Competencia donde acudía a conocer la situación del caso una vez conocido su traslado a la instancia superior. 'Es un paso muy importante para nosotros', decía Cons satisfecha. Este periódico intentó, sin conseguirlo, obtener la versión de la multinacional a través de Bayer Cropscience, la filial española dedicada a productos agrarios, también con sede en Valencia.

Ahora el Tribunal decidirá si abre juicio, ya sea oral o por escrito, para dilucidar el caso. 'Si todo marcha como debe, el Competencia impondrá una multa a Bayer por abuso de posición dominante y nosotros reclamaremos los daños y perjuicios ocasionados por la decisión arbitraria de no cedernos el activo químico', explicó Cons. Aún no han fijado esa cantidad. Lo que sí asegura es que el daño sufrido por la empresa es notable. 'Ahora, tanto tiempo después, a la compañía seguramente ya no le interesa lanzar el producto a un mercado que ha cambiado mucho, por lo que ha perdido una gran oportunidad', señala la abogada.

Confianza de la abogada y duda del empresario

Cerafrut facturó 0,47 millones de euros en 2002 y obtuvo un beneficio neto de 6.533,31 euros. En el primer trimestre de 2004, Bayer, logró un beneficio de 400 millones de euros y sus ventas alcanzaron los 7.400 millones. La diferencia es tan grande que sorprende el atrevimiento de la micropyme con sede en la pequeña localidad valenciana de Museros.'El fundador de la empresa, Constantino Andrés, tenía sus dudas. Le había pasado ya en otra ocasión algo similar y no estaba seguro de ir a juicio, de enfrentarse con una multinacional, del coste que supondría. Le convencimos entre todos para no dejarse arrollar', explica Tomasa Cons. La abogada confía en Competencia, 'más cuando no ha permitido a Bayer sus maniobras de ocultación en el proceso previo'.

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