El Camino, paso a paso
Unos hablan de quince días, incluso algún osado dice
que menos. Los peregrinos discuten en un foro en internet
sobre cuánto tiempo les llevará recorrer los 768 kilómetros que separan Roncesvalles, principal punto de partida del camino francés, hasta Santiago de Compostela. Treinta días es el tiempo consensuado por las guías del camino y por los peregrinos más prudentes, lo que significa que si un caminante se pone la mochila hoy rumbo a Galicia y recorre a pie diariamente poco más de 25 kilómetros pisará Santiago el 25 de julio, Día del Apóstol.
El francés es el camino más popular, más transitado y el que cuenta con mejores infraestructuras, aunque este año se ha querido potenciar otros caminos como el portugués,
el del Norte o la prolongación Xacobea a Finisterre y Muxía, para evitar la saturación del camino francés, que llega a reunir a un 90% de los peregrinos.
Frente al anterior año santo de 1999, el caminante se va a encontrar con un 25% más de albergues públicos en Galicia, una proliferación de albergues privados cuyo precio oscila entre los 8 y los 12 euros, y de hostales y hoteles. Las previsiones de la Xunta de Galicia se han quedado cortas:
sólo por los albergues públicos gallegos han pasado en lo que va de año 200.000 peregrinos y aún restan las aglomeraciones de verano. "El camino se ha convertido en una carrera para conseguir albergue", opina José Antonio de la Riera, de la Asociación Gallega de Amigos del Camino de Santiago. La instalación de cinco grandes carpas y 50 tiendas modulares del ejército han sido la respuesta de la Xunta, lo que supone un incremento de 2.500 plazas desde O'Cebreiro, primer puesto en territorio gallego que dista 153 kilómetros de Santiago.
El aumento de visitantes ha derivado en más servicios a lo largo del camino: cibercafés en cada pueblo e incluso servicios privados de transporte de mochilas, entre seis y
12 euros. Riera critica que "el camino parece cada vez más un parque temático".
Los caminos están ya llenos de peregrinos a pie, a caballo o en bicicleta que buscan conseguir la compostelana
y disfrutar de una tradición que ha recibido hace una
semana la distinción de Gran Itinerario Cultural Europeo.
Un campo de estrellas
Compostela, junto con Jerusalén y Roma, se convirtió en meta de la sociedad cristiana a partir del siglo XI al XIV tras ser hallados los restos del apóstol Santiago el Mayoren el siglo IX.El hallazgo, sin datos precisos, deslumbró a los pueblos del occidente medieval, que, atraídos por la imaginería popular y el esfuerzo de los soberanos de Navarra, Aragón yCastilla en acercar a sus dominios personalidades poderosas y ricas, promovieron el peregrinaje de las gentes de diferentes pueblos hacia Compostela con promesas de favores que otorgaba el apóstol si era visitado.De una revelación divina en la espesura de un bosque hasta llegar a estudios arqueológicos realizados en la propia catedral que han permitido situar el mausoleo dentro de unanecrópolis cristiana, romana y germánica entre los siglos I y VII, se suman las leyendas que hablan de la presencia del apóstol en España, recorriendo Asturias, Galicia, Castilla y Aragón predicando la palabra de Dios con pocoéxito.También cuentan que tras el martirio su cuerpo fue llevado por sus discípulos desde Jerusalén hasta Iria Flavia, en el Finisterre.Decapitado, su cuerpo fue arrojado fuera de la ciudad y luego recogido por sus discípulos, quienes lo llevaron al puerto de Jope donde apareció una embarcación sin tripulación. Después de una semana de navegación laembarcación arribó al puerto de Ulla, en Galicia y depositado su cuerpo sobre las rocas las mismas cedieron hasta convertirse en su sarcófago.