Comer carne a todas horas, lo último en dietas
Los precios de la panceta rondan máximos históricos. Cadenas de comida rápida como McDonald's están añadiendo más beicon en sus hamburguesas, sándwiches y ensaladas. Y las ventas de empresas cárnicas como Hormel y Conagra no paran de subir. La razón: el éxito imparable de las dietas bajas en hidratos de carbono y altas en proteínas, como las de Atkins y South Beach.
'Todo el mundo tiene panceta en el menú', asegura Jim Coughlin, director de ventas de Sugar Creek Packaging, una empresa de Ohio que vendió más de 446 toneladas de beicon el año pasado. 'Es difícil mantener el ritmo de la demanda'.
En Estados Unidos, cada ciudadano consume una media de 4,3 kilos de beicon al año, según los datos que maneja el Gobierno. Y el dato probablemente seguirá creciendo gracias a las últimas modas nutricionales.
Según dos estudios publicados el mes pasado en Annals of Internal Medicine, las dietas altas en proteínas y con bajo contendido en hidratos de carbono son, al menos, tan efectivas como las de bajo contenido en grasas para perder peso sin impulsar los niveles de colesterol.
Algunos especialistas en nutrición no están convencidos de que comer más carne, especialmente beicon, constituya una dieta saludable. Según Christopher Gardner, científico especializado en nutrición en la Facultad de Medicina de Stanford, 'el aumento del consumo de carnes con grasas podría favorecer hábitos alimenticios no saludables y costes más altos de salud pública'. Sin embargo, las cifras demuestran claramente que un creciente número de ciudadanos come cada vez más grasas.
Michael McCoy, director financiero de Hormel, asegura que las ventas de beicon a empresas de servicios de alimentación y restaurantes han subido el 13% en el segundo trimestre. John Seagro, chef del hotel Omni de Chicago, calcula que las ventas de beicon en el desayuno han aumentado un 10% desde diciembre. Y el precio al por mayor de la panceta, que es la loncha de tocino y magro que se cura para hacer beicon, se ha encarecido un 34% en lo que va de año.
El beicon ya se había convertido en los últimos diez años en un ingrediente popular para acompañar las hamburguesas. Y su utilización ha aumentado ahora que las empresas han incrementado el tiempo de cocinado de la carne de ternera para evitar brotes de E. Coli. En el año 1993 fallecieron tres personas en los Estados de Washington y Nevada por comer hamburguesas que no estaban suficientemente cocinadas. Y las empresas no están dispuestas a asumir este riesgo.
'Ya no se pueden servir hamburguesas poco hechas', explica Andrew Wolf, analista de BB&T Capital Markets. ¿Qué hacen ahora? 'Las cocinan hasta quitarles el sabor y les añaden panceta para dárselo. Es una práctica habitual'.