Un tren veloz conectará el Mediterráneo con el Cantábrico por Teruel
La ministra de Fomento, Magdalena Álvarez, anunció ayer la construcción de un AVE que unirá el Cantábrico con el Mediterráneo. El trazado, de 600 kilómetros, unirá la llamada Y vasca (que enlaza las tres provincias de esa comunidad) con Valencia, pasando por Zaragoza y Teruel. La ministra avanzó que el tren transportará a viajeros y mercancías a una velocidad de 250 km/h, y que la mitad de la longitud será de nueva creación, mientras que sobre la otra se aplicarán mejoras.
La noticia llegó por la tarde y sirvió de corolario a sus declaraciones matutinas durante una reunión con empresarios: que la voluntad de devolverle al tren tradicional su pasado esplendor no revela el fin de un romance. 'Siempre hemos sido los principales defensores del AVE, tanto ahora como antes', recordó Álvarez. Aún más: que seguirían apostando por su desarrollo, pero no de forma 'indiscriminada, sino selectiva'. A la par, potenciarán el tren convencional como alternativa de transporte en aquellos territorios en que la alta velocidad sea inviable. 'Eso no es devaluar el tren', declaró.
En el Foro de la Nueva Economía, la ministra había tranquilizado a los empresarios del sector de la construcción prometiendo que los socialistas no iban a parar las obras emprendidas por el anterior Gobierno del Partido Popular. Después remedó la práctica geopolítica del palo y la zanahoria para responder con un sucinto 'cumpliremos el contrato' a la pregunta de si multarán a las empresas que no cumplan los plazos. Además, sugirió estar conforme con la idea de un pacto de Toledo en materia de infraestructuras.
'Al revés: vamos a fomentar nuevos proyectos', aseveró Álvarez, que eligió la nutrida representación de constructores para finiquitar los rumores de paralizaciones. 'Son mentira. Lo único que hemos hecho -aclaró- es separar las adjudicaciones de los proyectos y obras'. Sobre el pago de los nuevos proyectos, dijo: 'Ya buscaremos soluciones financieras'. 'Porque las hay', tranquilizó.
Una de ellas pasa por reservarle un papel a las pymes en la inversión de infraestructuras. Álvarez lo sugirió ayer, dentro de la política de dar entrada al capital privado, aunque siempre con unos criterios de contratación respetuosos con la 'transparencia y competencia'.
El Gobierno asumirá la deuda de Renfe
Álvarez reveló que la deuda de RENFE es de 7.500 millones de euros, más otros 4.400 millones por el material rodante que aún no se ha pagado a Siemens por los AVE a Barcelona.Afeó el oscurantismo del PP ('nadie lo sabía') y afirmó que el Gobierno la va a asumir.'No es la mejor situación, pero Renfe no está en peligro', resumió.Álvarez desvió la mirada al sector aéreo para seguir reprobando al anterior Ejecutivo. La titular de Fomento elevó a ejemplo docente de mala gestión la ampliación del madrileño aeropuerto de Barajas. 'Ha costado 6.000 millones de euros, el doble de lo que se había presupuestado, y ha dejado a todo el mundo descontento'.