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Nicholas Shreiber

'Un líder vende ideas y sueños'

Nació en Argentina hace 55 años, trabaja incluso los fines de semana sobre todo en temas que requieren de 'cierta paz y tranquilidad'. Y no hay día que no encuentre un hueco en su agenda para tocar el piano.

Pide conocer a su interlocutor antes de conceder la entrevista. Nicholas Shreiber sólo quiere saber las razones por las que despierta interés en los medios de comunicación. Ha viajado desde Lausanne (Suiza) a Barcelona para ofrecer una conferencia sobre estrategias de cambio en las empresas internacionales, a cerca de 2.000 antiguos alumnos del IESE. Es ingeniero industrial, tiene un máster en Dirección de Empresas, y antes de trabajar en Tetra Pack, el fabricante de origen sueco de envases de cartón, fue socio de McKinsey. Colabora en la formación de jóvenes directivos.

Pregunta. ¿Cómo ha de gestionar un ejecutivo una empresa global?

'Quiero tener individuos fuertes, que sean individualistas, pero que a la vez sepan trabajar en equipo'

Respuesta. Desde el punto de vista de un director general, una empresa grande necesita fijar su misión, visión y estrategia, y saber comunicarlo de la manera más clara posible. Es decisivo alinear a los empleados en una dirección común. Es el punto más importante para un directivo porque es imposible hablar individualmente con 21.000 empleados. En Tetra Pack tenemos cinco valores que queremos que conozcan y practiquen.

P. ¿Cualés son?

R. En primer lugar, libertad con responsabilidad. Después, es importante el compañerismo con todas las partes implicadas: empleados, clientes y proveedores. Hay que tratarlos bien, pero sobre todo integrar a todas las partes en el negocio para que formen parte de la cadena. En tercer lugar, es fundamental la creatividad y la innovación para poder sobrevivir. Es necesario, además, tener perspectiva a largo plazo. Y por último, hay una apuesta por el compromiso y la gente positiva.

P. ¿Le preocupa la motivación de sus empleados?

R. Los propietarios de la empresa nos permiten celebrar eventos para motivar a los empleados. Una manera de hacerlo es que todos crean en el futuro de la empresa. Es necesario que todos conozcan los valores de la compañía, que tengan fe y que piensen que tenemos un excelente futuro. Tenemos el 80% de la cuota de mercado global por lo que no queda mucho espacio para crecer. Lo que hacemos es redefinir el mercado y atraer a nuevos consumidores. Por ejemplo, en China estamos estimulando el consumo de leche en escuelas. No podemos caer en la complacencia cuando se controla el mercado. Hay que redefinir nuevas oportunidades de negocio.

P. ¿Cómo ofrece libertad a los empleados?

R. Hay que hacer que se sientan libres para actuar, que tengan libertad de acción. De esa manera se sentirán más motivados que otros empleados que no la tienen.

P. ¿Y a usted qué le motiva?

R. Liderar una gran empresa. La libertad de acción con los dueños de la compañía, que fijan las pautas pero me dejan que gestione libremente. Tengo una fe interior en los productos y servicios que ofrecemos. Creo en lo que hago. Hacemos un trabajo noble destinado a mejorar una industria como la alimenticia. Estoy rodeado de gente de primer nivel, de una gran calidad. Cuando me levanto por las mañanas no tengo la sensación de ir al trabajo porque me divierto mucho. Me encanta lo que hago, pero es esencial tener balance entre la vida personal y la profesional.

P. ¿También ayudará tener unas ventas de 7.500 millones de euros?

R. Eso ayuda, pero los resultados no son buenos por azar. Lo son porque trabajamos en ello. Ahora tenemos una política de recorte de gastos a la vez que crecemos. Los gastos hay que mantenerlos siempre a cierto nivel. No quitamos personal sino que mejoramos los gastos de productividad. Hay que manenter los gastos con crecimiento de ventas.

P. También parece que le preocupan los temas formativos.

R. Pertenezco a cuatro consejos de universidades y de escuelas de negocios. Formo parte del consejo del IESE. No es un trabajo como tal, aunque en cierta forma si lo es. Desde hace años me encanta el mundo académico. Y creo que es bueno devolver a la juventud lo que me han dado a mí en mi formación.

P. ¿Qué recomendaciones les daría a los jóvenes directivos?

R. No sentirse encajonados por la carrera que se ha estudiado. Si uno es ingeniero o abogado no necesariamente tiene que dedicarse a ello. Es el reflejo de mi experiencia. La vida brinda oportunidades y hay que aprovecharlas. La formación es importante, pero también el proceso de aprendizaje, mediante el cual puedes traspasar a otras áreas. Hay que aprovechar todas las oportunidades. El mundo requiere de liderazgo, de gente que quiera tomar las riendas. Estudiar un máster en Dirección de Empresas forma parte de ese proceso.

P. ¿Quién es para usted un líder?

R. Es alguien que tiene un estado mental más allá de los libros de texto. Tiene que saber manejar paradojas, perseguir y conseguir objetivos que parecen estar en conflicto los unos con los otros. Por ejemplo, crecer y reducir costes a la vez. Se pueden hacer las dos cosas a la vez. Hay que apostar por la diversidad, pero a la vez quiero tener individuos fuertes, individualistas, que sepan trabajar en equipo. Un líder tiene que saber dirigir a un equipo. Mejorar la creatividad con disciplina también es contradictorio. También debe saber poner los problemas sobre la mesa. Saber que hay temas controvertidos y sacarlos a la luz y resorverlos. Las organizaciones lo agradecen.

P. ¿Algún atributo más?

R. Es importante la comunicación, que vaya en dos sentidos. Los empleados han de comunicarse con la gerencia de manera abierta y viceversa. Un líder debe, además, saber escuchar, ya que de esa manera te das cuenta de las grandes ideas. Todos los empleados tienen ideas y escuchando puedes ver donde hay obstáculos para introducir los cambios. Un líder no vende productos, vende ideas, un sueño, una visión.

Un 'bicho raro', que trabaja desde hace 17 años en la misma compañía

Se incorporó a Tetra Pack hace 17 años. Y, a pesar de haber recibido la llamada de alguna empresa de cazatalentos, no ha sentido la inquietud de abandonar el Grupo. 'Pero siempre es bueno tener un sondeo de cómo está el mercado exterior. Nunca he perseguido ninguna oferta, pero si me llaman las escucho'. Llegó a la empresa con 38 años, una edad en la que muchos empleados estaban ya altamente cualificados para asumir puestos de responsabilidad. Sin disimular su orgullo, Nicholas Schreiber asegura que en Tetra Pack no tienen una rotación de empleados muy elevada, aunque aclara que esto no es necesariamente bueno.Señala que retienen al personal, en parte, porque remuneran bien, pero también porque cree que es gente motivada, que cree en la compañía. 'Pero eso también significa que no entra sangre nueva en la empresa', afirma el consejero delegado, que reconoce que muchas veces es visto como un 'bicho raro'. Tiene una explicación: Schreiber nació en Argentina, su padre es ruso; su madre, escocesa. Y vive en Lausanne (Suiza). 'La gente no me ve de ningún sitio porque no soy fanático de ningún lugar. Soy un ciudadano del mundo'.

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