Trasmediterránea rompe con los lastres de su etapa pública
Trasmediterránea decide hoy su cuarto cambio de sede en 10 años. La naviera abandona un inmueble en el centro de Madrid por el que paga un costoso alquiler heredado de la etapa en la que Trías de Bes era presidente y que fue calificado de 'atípico' por Patrimonio. Traslada la sede a un edificio en las afueras propiedad de Acciona.
Acciona, el principal accionista de Trasmediterránea, aprovechará hoy su junta de accionistas para liquidar una de las situaciones más opacas heredadas de la época en la que la naviera era propiedad del Estado.
En el orden del día se incluye la aprobación del traslado de sede social. Las razones del cambio son económicas. La naviera paga un alquiler en su cuartel general de la calle de Alcalá número 61 desde 1997 que en su día fue calificado de 'atípico' por Patrimonio del Estado. El arrendamiento se estableció en un precio de 8,41 millones más una completa reforma del inmueble por 1,62 millones. El contrato tiene vigor por 10 años.
El presidente de Trasmediterránea entonces, el miembro del Partido Popular Josep María Trías de Bes, fue censurado por esta operación ya que poco antes de firmar el contrato de alquiler había desautorizado la compra del mismo edificio por un importe 700.000 euros inferior al que después se concretaría en el arrendamiento más la reforma.
La sociedad que se quedó con la propiedad del edificio y que posteriormente la alquilaría a Trasmediterránea se denomina Zazuels y en 1997 tenía un capital de 3.000 euros. La identidad de sus propietarios se perdía en un entramado de empresas cuyo último eslabón era un paraíso fiscal.
Trías de Bes presentó su dimisión de la naviera a finales de 1999 en medio de fuertes presiones del Gobierno.
La nueva sede a la que se traslada la naviera es propiedad de Acciona y cuenta con una superficie de 4.500 metros cuadrados, distribuidos en tres plantas de oficinas y dos de garaje.
Pero el cambio es ya un hecho consolidado. El personal corporativo hace 15 días que abandonó el inmueble del número 61 de la calle de Alcalá, en el centro de Madrid, para trasladarse a un edificio en la Avenida Europa número 10 de la localidad periférica de Alcobendas. En Alcalá mantienen su despacho, por pocos días, el presidente, Juan Sáez, el vicepresidente, Miguel Fernández Villamandos y el director general, Rui Marques.
Fuentes conocedoras de la operación aseguran que el alquiler de la sede de la calle Alcalá tiene unas cláusulas leoninas y afirman que el edificio podría realquilarse durante el tiempo que queda de contrato. Uno de los posibles clientes es el Ayuntamiento de Madrid.
Un 4% más de pasajeros
La junta de Trasmediterránea aprobará hoy un balance para el ejercicio de 2003 con una cifra de 3,5 millones de pasajeros transportados, lo que supone un incremento del 4% en relación al año precedente. El crecimiento en carga fue del 7,7% tras transportar 4,4 millones de metros lineales. La flota actual de la naviera tiene 23 buques, muchos de ellos de reciente incorporación como los superferries Sorolla, Fortuny y Murillo, con servicios similares a los de cruceros (gimnsasio, sauna, jacuzzi, comedor a la carta, etcétera) y gran capacidad de carga. En 2003 compró el catamarán de alta velodidad Milenium Dos.
Cuatro cuarteles generales
1 Trasmediterránea ha tenido cuatro sedes en el plazo de diez años. Su cuartel general histórico estuvo situado en la calle Orense, una vía comercial del centro de Madrid. En 1995 este inmueble fue vendido en medio de un amplio plan de reestructuración de la compañía.2 Siendo presidente de la naviera Luis Terrafeta, se acomete el plan de construcción de un nuevo cuartel general cerca del aeropuerto de Madrid Barajas. Se trata de dos edificios con forma de barco que tienen unos 20.000 metros cuadrados edificados. Cuatro años más tarde este buque de ladrillos de la naviera es puesto en venta por el nuevo presidente, Josep María Trías de Bes por 18 millones de euros.3 Decidida la venta de la sede que apenas se ha estrenado, Trías anuncia que está en negociaciones para comprar un inmueble en el número 61 de la céntrica calle de Alcalá de Madrid. Son cuatro plantas más garaje con unos 4.000 metros cuadrados construidos. El importe inicial de la transacción es de 10,5 millones de euros, que más tarde es rebajado a 9,2.4 Trías, sin embargo, cambia de opinión, y decide alquilar la nueva sede a una empresa opaca que aparentemente se le ha adelantado en la operación. El precio de arrendamiento será finalmente 700.000 euros más alto que la cantidad fijada inicialmente para adquirir el edificio en propiedad.