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Energía

La contundente protesta social bloquea la privatización del grupo francés EDF

Tras una semana de cortes de corriente selectivos, los trabajadores de la eléctrica EDF y de la gasística GDF salieron de nuevo a la calle en el primer día de debate parlamentario sobre la transformación de ambas compañías en sociedades anónimas. El Gobierno galo decidió paralizar los planes de venta y anunció que mantendrá por el momento la propiedad del 100% del capital

Nueva etapa de movilizaciones en el ya agitado ambiente político francés. El conjunto de sindicatos se dispersó ayer por cuarta vez por las calles de todo el país para expresar su rechazo al proyecto de privatización parcial de la eléctrica EDF y de la gasística GDF, hoy propiedad del Estado a 100%.

Unas 5.000 personas, según los sindicatos, y 2.600, según la Policía, se unieron así a las acciones de protesta que mantiene el principal y poderoso sindicato francés, Confederación General de Trabajadores (CGT) desde hace una semana. Esta central prosiguió ayer con los cortes de corriente selectivos iniciados la semana pasada en las principales estaciones de trenes de París, y cuyo resultado entonces fue el bloqueo de 500.000 viajeros. Una acción que no se empleaba desde 1987, después del acuerdo tácito entre la dirección de EDF y los sindicatos, para no poner en peligro a la población.

Desde hace una semana los cortes de corriente se han instalado momentáneamente en centros comerciales, diversas sedes de la patronal francesa e incluso en los domicilios de políticos de todo signo. Al ex ministro de Cultura, el socialista Jack Lang o al presidente de la patronal, Ernest-Antoine Seillière, le sucedió ayer el Ministro de Industria, Patrick Devedjian.

Ante la virulenta reacción de algunos políticos y de la propia EDF, que tachó estas acciones de 'ilegales', la CGT asegura que 'no nos prohibiremos ninguna acción que moleste lo menos posible a la población'. Sin embargo los franceses, aunque habituados y en ocasiones favorables a las molestias, han condenado la acción. Una encuesta de un periódico regional recogía ayer que el 77% de la población gala desaprueba los cortes de corriente, mientras que el 67% estima que EDF 'persigue sobre todo mantener sus ventajas sociales'.

Precisamente, es el cambio de estatuto de la compañía lo que los sindicatos rechazan. El proyecto de ley prevé la transformación de EDF y de GDF en sociedades anónimas, para después sacar a Bolsa una parte de su capital. La agitación social y el debilitamiento del gobierno, aún más aislado tras el varapalo en las elecciones europeas, han llevado al imperturbable Ministro de Economía, Nicolas Sarkozy, a cambiar los planes.

El aumento de capital previsto ya sólo se llevará a cabo 'si la empresa necesita financiación' y no antes de mediados de 2005, según declaró ayer. Para ello se creará una comisión parlamentaria, que durante un año examinará las necesidades de la empresa. Y durante este tiempo, el Estado mantendrá la propiedad del 100% de su capital, situación que 'podría prolongarse durante años', frente al 51% previsto.

Tarifas. Claves para elaborar el sistema de pago a las empresas

Frente a las protestas por la apertura de capital y el temor a la privatización, la urgencia del operador eléctrico y gasístico por salir al mercado. El presidente de EDF, François Roussely, estima que la compañía estatal necesita hoy ' entre 10.000 y 15.000 millones de fondos propios', una demanda que el Estado, sin medios desde hace mucho tiempo, ya no puede satisfacer. La apertura de capital sería para el operador eléctrico el modo de refinanciarse y de afrontar en mejores condiciones la liberalización del mercado, el 1 de julio. EDF ha quedado además muy debilitada por las aventuras internacionales de su presidente. La entrada en Argentina y en Italia dieron pésimos resultados.

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