Daimler estudia demandar a Mitsubishi por ocultar defectos en su filial de camiones
Los males no parecen acabar para Mitsubishi. Daimlerchrysler, su socio industrial y financiero, anunció ayer que está estudiando presentar una demanda contra el fabricante japonés por ocultar defectos de fabricación en los camiones de su filial Fuso. Daimlerchrysler había ampliado al 65% su participación en la división en marzo. Desde entonces, Fuso ha llamado a revisión a camiones suyos en cuatro ocasiones.
Un portavoz de Daimlerchrysler, principal accionista del grupo japonés con un 37% del capital, indicó que están examinando 'las posibilidades de demandar a Mitsubishi y solicitar una indemnización por daños y perjuicios, aunque aún no se ha hecho nada oficial', explica la nota. 'Se trata de defender los intereses de los accionistas de Daimlerchrysler', dice.
La dirección de Mitsubishi Fuso, el tercer fabricante de camiones del país, confirmó a principios de mayo que ha ocultado defectos técnicos de forma sistemática en los últimos ocho años en sus vehículos de gama alta. Estas averías pueden haber provocado la muerte de al menos dos personas. Recientemente, el escándalo ha supuesto el arresto de varios directivos de Fuso. La marca de camiones no se comercializa en España.
De hecho, la compañía anunció ayer que está estudiando llamar a revisión a más vehículos. De confirmarse la operación, sería la quinta vez desde marzo. Por este motivo, Mitsubishi anunció ayer la dimisión de 21 ejecutivos, seis de ellos extranjeros.
Es más, a causa de estos problemas de Mitsubishi Fuso, el Gobierno nipón ha estrechado la vigilancia sobre el fabricante, que tendrá que reportar de forma semanal.
En caso de que Daimler demande a Mitsubishi se avivarán las tensiones entre ambas compañías, tras el anuncio del grupo germano-estadounidense de no acudir a la ampliación de capital para reflotar al grupo japonés y de retirar su apoyo financiero a la empresa. Precisamente ayer, la compañía anunció una primera ampliación de capital por valor de 295.000 millones de yenes, 2.250 millones de euros, encaminada a salvar la aguda crisis financiera por la que atraviesa.