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Miguel Gordillo y José María Alonso

'Queremos estar en Latinoamérica, desde México a la Patagonia'

Los socios gestores de Garrigues dirigen un equipo de 1.200 profesionales que facturó 164 millones en 2003. Con 24 oficinas, tienen la mayor red nacional de abogados y, pese a la ruptura con Andersen, mantienen el liderazgo del mercado legal español

Después de dos años de vida en solitario, Garrigues ha demostrado ser capaz de superar la ruptura con Andersen y mantener el liderazgo del mercado legal español. Ahora el objetivo de sus dos socios directores, José María Alonso y Miguel Gordillo, pasa por reconstruir la red internacional. El primer paso lo dieron el pasado mes de febrero, cuando el bufete constituyó en Madrid la alianza iberoamericana con un despacho argentino, uno brasileño y un tercero mexicano.

Pregunta ¿Qué ha cambiado en Garrigues desde la noche del 15 de marzo de 2002, que fue el momento en el que ustedes decidieron cortar los lazos con Andersen?

Respuesta (José María Alonso). Desde el momento que anunciamos el final de nuestra relación jurídica con Andersen -y fuimos la primera firma en hacerlo en todo el mundo- hasta hoy, no hemos tenido otra preocupación más que el negocio. Hemos dedicado mucho tiempo a recomponer todo y a aprender a vivir en solitario.

Algunos expertos abogan por reducir el porcentaje mínimo para que los accionistas puedan exigir la convocatoria de junta

'Estamos trabajando en un nombre y un logo común para los bufetes que integran la alianza'

P. ¿Les llegó a afectar la mala reputación de Andersen?

R. (Miguel Gordillo). Tuvimos la suerte de que éramos la única firma dentro del entorno Andersen que además tenía un nombre de gran valor. Sabíamos que era importante, pero luego se reveló que lo era aún más. Mientras otras firmas tuvieron que cambiar de nombre, nosotros sólo eliminamos el apellido. Seguimos siendo Garrigues. No nos afectó. Además, en España Andersen nunca llegó a tener la mala fama que tuvo en otras partes del mundo. Aquí era una firma de muchísimo prestigio.

P. ¿En qué momento decidieron abandonar el barco de Andersen?

R. (Alonso). Cuando en enero de 2002 Andersen reconoce que se han destruido algunos documentos empezamos a preocuparnos. Pero cuando el fiscal de EE UU decidió procesar a Andersen fue cuando decidimos, en una noche muy complicada, la separación. Era difícil, y como en el juego de las Siete y media no podías tomar una decisión precipitada que arrastrase a todo el mundo Andersen. Pero tampoco debíamos quedarnos cortos y dejarnos arrastrar por el escándalo. Gracias a Dios acertamos. Había socios que querían que nos fuéramos inmediatamente, otros que no, pero a nosotros nos tocó calibrar cuándo era el momento.

P. Y Garrigues perdió de un plumazo su pata internacional. ¿Qué están haciendo para recuperarla?

R. (Gordillo). En aquellos días parecía que nos tenían que pasar muchas cosas y muy graves. Pero ya en ese momento decíamos que íbamos a ser capaces de recomponer la actividad sin grandes daños. Enseguida empezamos a diseñar planes para recuperar viejos amigos en el mercado americano y europeo y a crear una alianza latinoamericana. En Portugal tenemos un acuerdo con Leónidas Mato & Associados, una oficina que nosotros ayudamos a constituir y que cuando nos separamos de Andersen incorporamos a Garrigues. Tenemos además oficinas en Bruselas y Nueva York.

Para nosotros el mundo Iberoamericano es una prioridad. Queremos una alianza en los principales países, de México a la Patagonia, con firmas de mucho prestigio que compartan nuestros mismos valores y que estén dispuestas a pervivir más allá de sus fundadores.

P. ¿Será el nombre Garrigues el apellido de todos esos bufetes?

R. (Gordillo). Lo estamos analizando. æpermil;sa es, sin duda, la idea que más ilusión nos hace.

(Alonso). Estamos trabajando en un símbolo y un nombre común. Pero entendemos que los nombres de los despachos con los que tenemos la alianza son, hoy por hoy, más importantes que Garrigues, pese a que también somos conocidos a nivel mundial. Nosotros no vamos a destruir los activos de esos despachos, entre otras cosas porque nos tocó vivir algo parecido con Andersen, que era un nombre más célebre a nivel internacional, pero en España tenía mucho más prestigio Garrigues.

También mantenemos la idea de implantarnos en Londres. En este momento tenemos previsto que algún socio se vaya a vivir a la capital británica para abrir camino. Lo razonable es que, a corto plazo, tengamos un despacho allí.

P. ¿No es muy arriesgado competir con los despachos anglosajones en su propio terreno?

R. (Alonso). Yo creo que los españoles somos muy críticos con nosotros mismos. El nivel de la abogacía española es envidiable. No sólo hemos resistido el envite de las firmas anglosajonas sino que somos capaces de salir fuera y competir con ellos en sus mercados. Hay que quitarse muchos complejos. Llevamos ya dos años de vida en solitario.

P. ¿Se ha acabado la época de las grandes fusiones de despachos?

R. (Gordillo). Es muy difícil decir eso, pero no prevemos grandes operaciones. Con Andersen fue una fusión muy complementaria: una firma muy prestigiosa en el mundo de la abogacía con una firma moderna en el campo de la asesoría fiscal. Aquello tenía todo el sentido. Pero los reguladores han acabado con las posibilidades de fusión con las firmas de auditoría y se han recortado muchas posibilidades de desarrollo. No creo que ninguno de los despachos españoles esté pensando en fusiones. Todos tenemos ya un tamaño adecuado y encontrar sinergias que justifiquen movimientos de fusión no es sencillo. Pero no hay que descartar que un inglés o un americano que venga a España pudiera hacerlo.

P. El sistema de gestión de Garrigues, con dos socios gestores uno procedente de Andersen y otro de J&A Garrigues, es aún producto de la fusión. ¿Por qué se mantiene esta fórmula?

R. (Gordillo). Una de las primeras cosas que hicimos inmediatamente después de la separación de Andersen fue revisar con los socios nuestro modelo, que incluía la gestión bicéfala. Hablamos con todos ellos para ver qué opinaban. Quisimos revisar todo. Y el modelo está refrendado porque los socios optaron por mantenerlo. Aún nos quedan dos años de mandato. Y aunque no es un modelo recomendado por las escuelas de negocios, lo cierto es que si los socios gestores se llevan bien y hay coincidencia básica en la visión de los negocios, es mejor que la dirección representada en una sola persona.

P. Los despachos han encontrado un filón con el tema del buen gobierno, ¿pero se aplica a la gestión interna lo que se predica?

R. (Alonso). Claro. Tenemos tres elementos para asegurarnos de que eso sea así. Primero las obligaciones estatutarias; segundo, el código ético, que tienen firmado todos los socios del despacho; y tercero, el comité de ética y normas profesionales. Por ejemplo, los socios tenemos prohibido comprar acciones de cualquier sociedad que cotice en la Bolsa española, sea o no sea cliente. Y no aplicamos asuntos como el de los consejeros independientes porque nuestra forma societaria no lo permite. Con todo lo demás somos extraordinariamente cuidadosos. El tema del buen gobierno es un avance extraordinariamente importante y debemos estar ahí.

(Gordillo). Aunque no cotizamos y no tenemos obligación, es un tema que aplicamos porque nos lo creemos. También lo hacemos con las otras patas modernas del buen gobierno que lo complementan, que son la responsabilidad social corporativa, medio ambiente y acción social. Tenemos una fundación de investigación jurídica y estamos en estos días acabando unas encuestas que hemos hecho con toda nuestra gente para ver cuáles son las acciones sociales que prefieren que lancemos. La verdad es que recogemos muy buenas ideas.

P. ¿Qué imagen creen que tiene el bufete Garrigues y cuál es la que quisieran tener?

R. (Alonso). Es difícil contestar eso sin que piensen que somos vanidosos. De verdad creemos que Garrigues es toda una institución en España.

(Gordillo). No somos sólo un despacho de asuntos, sino también de clientes. Estamos acostumbrados a estar con ellos en los momentos difíciles

P. ¿Es el despacho más caro?

R. (Gordillo). No. Ni siquiera somos el más costoso.

(Alonso). Debemos estar en la media de los despachos españoles. No debe haber muchas diferencias y a los despachos grandes no se nos puede poner el sambenito de caros, porque todos nos movemos en unos previos razonables.

P. ¿Qué tipo de clientes tiene el bufete en la actualidad?

R. (Alonso). Gestionamos una cartera de clientes grandes, de multinacionales españolas y extranjeras. Al tiempo, España tiene un importante número de compañías de tamaño medio, buena parte de ellas situadas fuera de Madrid o Barcelona, que necesitan un asesoramiento global y nosotros le llevamos todos los asuntos en su zona. Ese es también nuestro modelo. Cuando se dice que Garrigues es un gigante hay que poner las cosas en contexto. Lo es porque tenemos áreas más desarrolladas que otros despachos, por ejemplo la de fiscal, y porque estamos en muchos sitios.

Los socios gestores de Garrigues dirigen

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José María Alonso. Proviene de J&A Garrigues: 'Soy un abogado de tribunales'

Desde el principio de la entrevista José María Alonso y Miguel Gordillo presumen de su alto grado de compenetración. 'Hemos conseguido una sintonía que nos permite responder al unísono', advierte divertido. Y aunque comparten algunas de sus aficiones, la pasión de Alonso por la caza supone, según ambos, la única desavenencia importante, porque tanto Alonso como Gordillo comparten incluso su espíritu madridista. José María Alonso, de 51 años, se incorporó en 1981 al departamento de procesal de J&A Garrigues, que pasó a dirigir a los dos años. 'Soy abogado de tribunales', se define. Le gusta el golf, leer y el cine.

Mguel Grdillo. Proviene de la antigua Andersen: 'Todavía tiene sentido la dirección bicéfala'

Comparte con José María Alonso la dirección del bufete Garrigues desde abril de 2000. Miguel Gordillo, de 51 años, abogado y economista por Icade, proviene del mundo fiscal. Se incorporó a Arthur Andersen en 1974. Después de dirigir la oficina de Barcelona llegó a Madrid en el momento de la fusión con Garrigues. Le gusta leer, jugar al fútbol y el arte contemporáneo. Miguel Gordillo asegura que buena parte del éxito del modelo de la firma Garrigues se basa en la experiencia empresarial heredada de Andersen, 'que es muy difícil de desarrollar en solitario para un despacho español'.

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