Ibersuizas negocia entrar en FCC, aliada con Esther Koplowitz
La sociedad de inversión Ibersuizas, participada en un 18,3% por el Banco Pastor, negocia junto a otros inversores unirse a Esther Koplowitz para intentar comprar parte del paquete del 25% que el grupo francés Veolia tiene en FCC. Ibersuizas planea tomar una participación directa en B-1998, la sociedad holding que controla el 52% de FCC, en la que Veolia posee a su vez el 49%. Ibersuizas gestiona también la entrada de otros posibles socios en la operación. De forma paralela, Koplowitz sigue intentando la entrada de otros inversores que le acompañen en la compra del conjunto de ese paquete.
La empresaria trata de buscar una salida 'ordenada' de su actual socio francés Veolia. Aunque FCC, uno de los grupos constructores más diversificados y saneados de España, tiene novios declarados entre las principales rivales españolas cotizadas, la venta de la participación de Veolia no es tan sencilla como poner el cartel de 'se vende' y esperar compradores.
La principal accionista de FCC, que no quiere perder el control de la empresa, tiene atados una serie de pactos controvertidos entre los que se encuentra un derecho de tanteo que obliga al grupo galo a negociar en exclusiva con la empresaria.
La legalidad de estos acuerdos ha sido puesta en duda al tiempo que la rival Acciona se había hecho con un 14% del capital en un movimiento hostil. Acciona, consciente del interés vendedor de Veolia a quien presionan unas deudas de 12.400 millones de euros, reconoció recientemente que buscaba una posible integración total o parcial con FCC al tiempo que admitió conversaciones con Veolia, aunque aclaró que en ningún momento se formuló una oferta para adquirir la participación. Acciona intenta sumar sus derechos de voto en FCC con los de Veolia bien por acción o por omisión en la toma de decisiones por parte de los franceses en B-1998.
Nuevo contrato para Veolia
El grupo francés anunció que su filial Onyx ha conseguido un contrato de cinco años para gestionar un nuevo centro de recogida selectiva de residuos urbanos en Nanterre, en las afueras de París. El contrato representa una facturación acumulada durante todo el periodo de duración de 21 millones. La planta se encargará del tratamiento de los residuos urbanos de 89 municipios con una población de 5,5 millones de habitantes.