Los daños económicos del 11-M se limitaron al turismo y el transporte
Los daños económicos derivados de los atentados del 11 de marzo en Madrid no han sido de tanta relevancia como se preveía en un principio, haciendo de la masacre una tragedia humana 'más que una calamidad económica'. El Banco de España calcula su magnitud 'en unas pocas centésimas de PIB', muy por debajo de los efectos directos estimados en el caso del ataque contra las Torres Gemelas el 11-S, 'cifrados éstos en torno al 0,3% del PIB' de la economía de Estados Unidos.
Los cálculos que ha efectuado el Banco de España sobre el 11-M, y que han sido incluidos en su último informe mensual, están basados en un estudio de los principales indicadores de coyuntura de los últimos meses.
No obstante, el Banco de España advierte que los efectos potenciales más importantes de los atentados del 11 de marzo podrán provenir, en un corto plazo, 'de la extensión de un clima de incertidumbre que influya negativamente en el crecimiento económico', impacto que no ha calculado aún la autoridad monetaria que dirige Jaime Caruana y que, por otra parte, es muy difícil de precisar.
Buceando por los indicadores económicos de febrero a mayo, el Banco de España reconoce un efecto económico del 11-M importante en dos sectores: el turismo y el transporte de pasajeros.
En el primero, que es el más receptivo a este tipo de sucesos, la entidad ha detectado un 'efecto significativo', aunque en principio transitorio. Los atentados habrían tenido un impacto inicial mayor sobre el turismo extranjero y su recuperación posterior estaría siendo más lenta, como reconocen los empresarios del sector. No obstante, el informe mensual recalca que no parece que se hayan quebrado las perspectivas optimistas para la campaña de verano y que los malos datos de abril se han podido ver condicionados también por el mal tiempo registrado en Semana Santa. Entre los sectores más afectados inicialmente, destacan las agencias de viaje.
Renfe
En cuanto al transporte por pasajeros, se ha producido un claro 'impacto psicológico' sobre los usuarios habituales de este servicio, sobre todo el ferroviario, y el ligado al municipio de Madrid.
El número de viajeros en trenes cayó en marzo un 4% en cercanías de Renfe; un 11,2%, en los regionales, un 0,9%, en los de largo recorrido, siempre comparando los datos con el mismo año del ejercicio anterior. El número de usuarios de los trenes AVE sólo creció un 2,6% en ese mismo mes.