Los directivos españoles, preocupados por la globalización y la diversidad
La globalización y todo lo que le rodea preocupa a los directivos. Así se puso de manifiesto ayer en la asamblea de antiguos alumnos del IESE, que reunió a más de 2.000 ejecutivos y profesionales en Barcelona, donde se analizarán hasta mañana términos como globalización, diversidad y competitividad. 'La globalización no es uniformidad', advirtió Jordi Canals, director general de esta escuela de negocios, quien aseguró que sólo 'desde el fenómeno de la internacionalización podemos comprender el fenómeno de la globalización'. Apuntó que este concepto está íntimamente ligado a la diversidad. 'No se trata de estandarización porque cada persona es única y, por tanto, tiene derecho a ser respetada en su diferencia, pero también tiene la obligación de no imponer a otros sus diferencias', matizó Canals, quien aseguró que es necesario crear el contexto necesario para poder competir en mercados globales. Aseguró que es importante crear confianza, ser capaces de compartir valores, generar estabilidad y un crecimiento económico en Occidente y EE UU porque 'sin ello es difícil hacer comprender que la globalización es beneficiosa'. En este sentido, apuntó, desde el IESE se intenta contribuir a que 'nuestros directivos sean un poco mejor' desde el punto de vista personal como profesional.
La búsqueda de esa mejora directiva en una compañía internacionalizada fue lo que llevo al BBVA, según explicó a los asistentes su consejero delegado, José Ignacio Goirigolzarri, a cambiar el esquema de la plantilla directiva en la entidad. Aseguró que hasta 2002 existía un concepto de equipo directivo formado por 180 personas que respondía a criterios históricos, por los cuales una persona podía mantenerse en el puesto toda su vida laboral, y que esto no se ajustaban a la realidad del negocio. De esta manera pasaron del cargo 'de forma vitalicia' al puesto 'en función de las responsabilidades'. BBVA impuso la meritocracia en función de los puestos de responsabilidad. Por tanto, explicó Goirigolzarri, una persona accede o no al equipo directivo según su responsabilidad. El esquema anterior 'respondía a unas necesidades del negocio del pasado que han cambiado'. Por ejemplo, la mayoría de los directivos hace unos años se ocupaban de temas de administración y de otros relacionados con el personal. Ahora las dos terceras partes de su tiempo la dedican a áreas de negocio y atención al cliente.
1.700 directivos para renacer el talento
Otra novedad, que destacó el consejero delegado de BBVA, fue la ampliación de la plantilla directiva, que pasó de 180 a 1.700, en un claro intento por hacer 'renacer el talento' dentro de la entidad. También hizo especial énfasis en el alto nivel de autonomía del que disponen los profesionales que están al frente de las 28 unidades de negocio.'Estamos haciendo grandes esfuerzos para entender una organización que cada vez es más diversa', afirmó. Reconoció, además, una obsesión por la innovación, pero no sólo por la tecnología, sino por la del día a día, la de las grandes ideas. 'Y esto sólo se puede hacer con personas que están al lado de los problemas', señaló Goirigolzarri.