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CincoSentidos

Recobrar el esplendor perdido

Buscar planos, dibujos y mapas antiguos para después analizarlos y reutilizarlos son los primeros pasos que dan los restauradores para devolver a monumentos histórico-artísticos las cualidades que tenían cuando fueron construidos. Es el principio de un proceso en el que se combina el respeto por el diseño original con los actuales conocimientos que permiten mejorar y reforzar las estructuras de los edificios, señala Julián Nájera, jefe del departamento de este área de la inmobiliaria Necso.

Otro asunto complejo en estas operaciones es la elección de los materiales que se usarán en la restauración. Como explica Julián Nájera, se intentan varias soluciones: desde imitar el sistema de fabricación de los ladrillos de la época del edificio afectado a acudir a demoliciones para rescatar elementos servibles. 'También se envejecen las maderas, pero el material más difícil de imitar es la piedra, ya que, como se degrada con el tiempo, se notan muy significativamente los cambios'. Además, añade, las canteras se agotan y es imposible igualar el color de elementos como los escudos.

Pero Necso tiene ya una larga experiencia en esa actividad de recuperación de edificios emblemáticos y ha rehabilitado, entre otros, el edificio de Correos de Valencia, la Plaza Mayor de Salamanca, las murallas de Melilla, la fábrica de armas de Toledo (edificio Sabatini) y el Hotel Palace de Madrid.

Cada caso tiene sus metas y su historia. Por ejemplo, en el monasterio San Juan de La Peña, en Huesca, construido en el siglo XVII tras el incendio del edificio original del siglo XII, uno de los objetivos para Necso es la recuperación del claustro que albergará la colección de los retratos de los reyes de Aragón.

El monasterio ha atravesado difíciles avatares históricos, desde la Guerra de la Independencia a los procesos de desamortización, que le llevaron prácticamente a la ruina, de la que estará previsiblemente salvado en 2005. Y es que, como señala Nájera, prácticamente no se desahucia ningún edificio: las técnicas actuales permiten su recuperación, aunque su nuevo destino será el turístico y cultural.

Estas intervenciones se realizan de acuerdo con la Carta de Venecia de 1964, suscrita con el apoyo de la Unesco, tras un congreso internacional de arquitectos. En ella se señala, entre otros objetivos, que 'la conservación y restauración de los monumentos tiene como finalidad salvaguardar tanto la obra de arte como el testimonio histórico'.

También otras compañías operan en España en estas actividad que es, además, un camino para atraer el turismo de calidad y reutilizar los inmuebles con prestaciones añadidas que ahora se reclaman. Así, el consultor inmobiliario Aguirre Newman ha coordinado la restauración de edificio madrileño de Castellana 28, que cuenta con protección arquitectónica integral. Dirigió la obra el arquitecto Gabriel Allende. El original fue construido en 1914 por Antonio Palacios, responsable además del Palacio de Correos de Madrid.

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