Shell recorta sus reservas de petróleo por cuarta vez en el año
Los ingenieros y contables del negocio petrolero suelen afirmar que determinar las reservas de crudo es más un arte que una ciencia. La petrolera anglo-holandesa Shell proporcionó ayer una prueba de esta afirmación, tras anunciar que vuelve a revisar a la baja sus reservas probadas de petróleo. Esta es la cuarta vez que la compañía rebaja sus estimaciones de crudo en lo que va de año, que han quedado recortadas en 4.470 millones de barriles desde enero con respecto a 2002, un 23% menos. Y eso que esta última rebaja ha sido sólo de 120 millones de barriles, menor si se compara con las anteriores.
El nuevo responsable de la división de exploración y producción, Malcolm Brinded, se esforzó ayer por lanzar un mensaje de calma a los mercados. En primer lugar, aseguró que ésta es la cifra definitiva. En segundo, precisó que la rebaja se debe a un cambio de su política de contabilidad y a 'unos derechos pagados en metálico en Canadá'. Además, subrayó que la medida no afectará a sus ingresos. Brinded explicó que a finales de 2003, Shell contaba con reservas probadas de 14.350 millones de barriles y una tasa de reemplazo de sus reservas del 63%.
Los esfuerzos del responsable de exploración y producción dieron sus frutos. La cotización de la petrolera repuntó en la sesión de ayer, en la que ganó un 0,38%.
Los mercados, en cualquier caso, están pendientes del viernes 28, día de publicación de resultados. El nuevo presidente, Jeroen Van Der Veer, afirmó que sus cifras económicas marcarán 'un importante hito' en la batalla para superar la crisis.
Grave crisis
Shell sorprendió en enero pasado a los inversores al corregir a la baja sus reservas de crudo y gas en un 20%, lo que marcó una de las crisis más graves de la compañía.
Por si la sobreestimación de las reservas no fuese grave por sí misma, las conclusiones de un informe interno publicado en abril demostraron que el entonces presidente de Shell, Phil Watts, y el responsable de exploración y producción, Walter van de Vijver y la responsable financiera, Judy Boynton, tenían plena conciencia desde hacía varios meses, lo que llevó a sus dimisiones, y a una investigación de la SEC.