Pedalear sin miedo en las ciudades
El temor a los accidentes es el aspecto que más disuade a utilizar la bicicletas en las grandes ciudades españolas. Y no es un sentimiento sin bases: un estudio de la Universidad Politécnica de Valencia y de la Federación Española de Ciclismo indica que el 55,4% de los accidentes de ciclistas tienen lugar dentro de los cascos urbanos.
Barcelona es la ciudad española con más incidentes, seguida de Madrid y Valencia. En total en España se produce una media de casi 100 muertos al año por esa causa.
Pero estos estudios también señalan que la experiencia de otras urbes europeas muestra que es posible compatibilizar el tráfico con el uso seguro de la bicicleta. Y para estos promotores de un nuevo plan de seguridad para los ciclistas, las ciudades holandesas, danesas y de varios países de Europa Central, donde millones de personas utilizan a diario la bicicleta como su principal sistema de transporte, son el ejemplo a seguir.
También se pone énfasis en la relación entre el uso de las bicicletas y la calidad del medio ambiente, temas que se expondrán en la semana internacional del urbanismo (Tem Tecma 2004) que se celebrará en el Parque Ferial Juan Carlos I de Madrid del 8 al 11 de junio. En el evento está prevista la presentación de nuevos sistemas y propuestas para mejorar las seguridad, que no sólo consisten en la ampliación de los carriles específicos, aunque se considera que los existentes no son suficientes. Barcelona está a la cabeza en este aspecto, con 125 kilómetros de carriles para bicicletas, seguida de Madrid, con más de 90 kilómetros.
'El principal problema es que no todas las ciudades cuentan con suficientes infraestructuras ni con la red de carril-bici necesaria para ofrecerla como alternativa al transporte público. Además es necesario la mejora de la señalización para potenciar la seguridad', señala un estudio de la Comisión por la Seguridad Vial del Ciclista.
Así, una de las soluciones que se presentarán en Madrid es Metrolight, un nuevo sistema de iluminación de los carriles con luz monocromática directa que ya ha sido instalado en Cornellá de Llobregat (Barcelona).
Según su promotor, Santiago Castellot, una de sus ventajas es que emite señales tanto a los ciclistas como a los automovilistas con luces que se emiten en diagonal y que se adapta bien a las ciudades.