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Crisis

La suspensión de una multa a Yukos rescata su cotización en la bolsa rusa

Las acciones de Yukos, la mayor petrolera de Rusia, llegaron a caer un 10% en la Bolsa de Moscú en tan sólo veinte minutos, tras conocerse que el reclamo del pago de una deuda de 1.600 millones de dólares por parte de sus acreedores extranjeros podría desembocar en la suspensión de pagos de la compañía. Por la tarde, un veredicto favorable del Tribunal de Arbitraje de Moscú permitió al valor recuperar el tono y subir un 7,5%.

El tribunal ordenó suspender el cumplimiento de una disposición del Ministerio de Recaudaciones e Impuestos de Rusia, por la cual se requería el pago por Yukos de unos 100.000 millones de rublos (3.414 millones de dólares) en concepto de un endeudamiento ante el Fisco y multas.

Así, se revertía el nefasto comportamiento bursátil de la petrolera a primera hora del día, a raíz de que emitiera un comunicado explicando que, de no devolverse los citados 1.600 millones, sus acreedores podrían hacer valer su derecho a intervenir las cuentas, ya que figuran como garantía del crédito. Hace tres semanas, Yukos recibió una advertencia similar por un crédito de 1.000 millones de dólares que le fue concedido en similares condiciones.

El servicio de prensa de Yukos señaló como principal culpable de su situación al Ministerio de Impuestos y Recaudaciones ruso, que le reclama el pago de 3.414 millones de dólares por concepto de impuestos y que consiguió, el pasado día 15, el embargo judicial de todos los activos de la compañía, a excepción de su petróleo y los derivados de éste.

Crisis financiera y política

Las acciones de Yukos, que hoy se cotizaban a menos de 10 dólares, alcanzaron su valor máximo, 15,9 dólares, el 9 de octubre de 2003, dos semanas antes de la detención de Mijaíl Jodorkovski, en ese momento presidente de compañía.

Poco antes de ser enviado a prisión, el magnate petrolero había anunciado su intención de abandonar en el futuro los negocios para dedicarse a la política. Esas declaraciones de Jodorkovski y, especialmente, su apoyo financiero a partidos opositores al presidente de Rusia, Vladímir Putin, provocaron chispas en el Kremlin.

Su detención, el 25 de octubre del año pasado, causó incluso roces entre Putin y su entonces primer ministro, Mijaíl Kasiánov, quien sería depuesto de su cargo sorprendentemente cuatro meses después. Kasiánov sostuvo que era demasiado enviar a Jodorkovski a la cárcel, mientras que Putin defendió que era un asunto exclusivamente judicial en el que el Ejecutivo no tenía competencias.

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