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Unión Europea

La UE deja el reparto de poder para la discusión en el Consejo

Los ministros de Asuntos Exteriores de la Unión Europea (UE) celebraron ayer su segunda jornada consecutiva de negociaciones sobre la Constitución Europea. La presidencia irlandesa se esforzaba por subrayar los avances registrados. Pero el proyecto se adentra ya en un territorio en el que los ministros pierden toda capacidad de maniobra y deben remitirse a sus respectivas capitales. El lunes próximo celebrarán una nueva reunión extraordinaria para trillar los asuntos menos polémicos, y dejarán para la cumbre de mediados de junio el conflictivo reparto de poder institucional. En diciembre, el proyecto se estrelló contra ese obstáculo.

Cinco meses después, sin embargo, los protagonistas del bloqueo han variado. 'Antes, España era a la que se señalaba con el dedo', recordó ayer el ministro de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos. 'No había negociación, había sólo presentación de posiciones'. Ahora, 'hemos dado un salto importante que es dejar aparcado Niza', señala Moratinos, 'y el concepto de la doble mayoría está asumido, y el de los umbrales también, sólo falta mejorarlos'. España defiende un sistema de voto en el Consejo de Ministros que supedite la mayoría cualificada al respaldo de un 55% de países que representen al menos dos tercios de la población comunitaria. El borrador de Constitución habla de 50% de Estados y 60% de la población.

'El proceso va bien (...); quedan las cuestiones más sensibles, como el reparto de poder, que recaen lógicamente en la reunión de los primeros ministros (el 17 y 18 de junio)', afirmó Moratinos.

La negociación más dura, sin embargo, no se presenta esta vez con España, ni su acólito polaco. La atención se centra en la posición británica que, tras su anunciar su intención de someter la constitución a referéndum, extrema las cautelas sobre el texto final. 'Si no conseguimos que se respeten las líneas infranqueables para el Reino Unido, entonces no firmaremos este tratado constitucional', advirtió ayer Jack Straw, ministro británico de Exteriores. Sus demandas se centran en el mantenimiento del derecho de veto en fiscalidad, seguridad social y política exterior, más un 'freno de emergencia', como lo definió Moratinos, en materia de Justicia e Interior. España y Alemania ya han advertido que no admitirán ningún 'derecho camuflado de veto' en ese terreno'.

El próximo lunes habrá una nueva reunión del Consejo de Ministros de Exteriores para proseguir con la negociación.

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