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Constitución

España no quiere aplazar el nuevo sistema de voto en la UE

La primera reunión de los ministros de Exteriores de la UE sobre el proyecto de Constitución europea se saldó ayer sin ningún avance significativo. La delegación española adelantó su deseo de que el nuevo reparto de poder que se pacte entre en vigor sin dilaciones.

La recta final de las negociaciones sobre la Constitución europea arrancó ayer con la mentalidad de una carrera de fondo más que con la adrenalina de un sprint. Aunque sólo falta un mes para el plazo fijado por la presidencia irlandesa para alcanzar el acuerdo, las 25 delegaciones se limitaron a tantearse sobre los temas en los que parece factible lograr el consenso (presidencia de los consejos sectoriales, política comercial, etc.) y esquivaron los puntos conflictivos (reparto de poder y cesión de soberanía) en los que un desencuentro puede abortar por segunda vez el proyecto constitucional.

Los ministros, prudentes, guardan sus bazas a la espera de la segunda jornada de hoy y otros, incluso, para el Consejo europeo del 17 y 18 de junio donde los primeros ministros intentarán cerrar el acuerdo definitivo.

La delegación española, en cabezada por el titular de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, es de las pocas que ya ha desvelado sus posiciones oficiales. El Gobierno acepta negociar a partir del proyecto de Constitución elaborado por la Convención europea, en el que se fija un sistema de voto basado en la doble mayoría (50% de Estados que representen, al menos, el 60% de la población). España exige en este punto que ambos umbrales se eleven, respectivamente, hasta el 55% de Estados y dos tercios de la población.

Y a diferencia del aplazamiento de cinco años que la presidencia irlandesa propone para la entrada en vigor del nuevo modelo de Comisión (en la que los Estados perderán de modo rotatorio su derecho a contar con un comisario), Moratinos desea que el reparto de voto en el Consejo entre en vigor cuanto antes.

'Desearía que la UE diese un paso adelante y que no espere a adoptar todo lo que atañe al capítulo institucional hasta 2014', afirmó el ministro español al término del Consejo. El actual borrador prevé que el nuevo sistema de voto sustituirá en 2009 al acordado en Niza.

Fuentes de la Comisión Europea sugirieron la semana pasada que, 'si aplazar cinco años la entrada en vigor del nuevo sistema ayuda a disipar las inquietudes de ciertas delegaciones España y Polonia, sería preferible que elevar los umbrales hasta niveles inaceptables'.

Moratinos parece desmarcarse definitivamente de esta opción, que podría obligar a España a aceptar el 50%/60% tal cual.

Del optimismo de Moratinos al pesimismo de la apuesta polaca

'Soy cautamente optimista'. El ministro español de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, expresaba ayer en Bruselas su confianza en concluir las negociaciones sobre la Constitución europea en el plazo previsto (17 y 18 de junio). El pesimismo cundía, sin embargo, en otras delegaciones. Máxime tras constatar la exasperación franco-alemana ante la previsible intención británica de aprovechar su anunciado referéndum para justificar una rebaja en la ambición del proyecto constitucional. 'Si esto sigue así, yo no apostaría por el acuerdo', avanzaba el polaco Wlodzimierz Cimoszewicz.

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